Imagina tu cerebro como una computadora. Cada tanto, debemos hacer una limpieza en su caché. Si no, podemos sobrecargarnos con demasiados programas (pensamientos) trabajando en segundo plano, algo que muchas veces termina congelándonos. Tener demasiado en la cabeza al mismo tiempo nos impide recordar datos importantes o procesar la información de manera eficiente.

Si le preguntas a un mexicano qué prefiere entre un superhéroe del océano o un saiyajin, ni siquiera la piensa dos veces: de forma inmediata responderá que la segunda. Y no lo decimos nosotros, sino los número en taquilla en el país del pasado fin de semana que puso la cinta Dragon Ball Super: Broly muy por encima de Aquaman, la cual se colocó desde su estreno en el primer lugar.

Más conocido por sus siglas anglosajonas SAD ('triste' en inglés), el trastorno afectivo estacional o depresión invernal hace referencia a los cambios de humor graves que experimentan algunas personas durante el otoño y el invierno, cuando hay menos exposición a la luz solar. Entre los síntomas más habituales se incluyen tristeza y ansiedad, pesimismo, sentimientos de culpa o impotencia, irritabilidad y desasosiego, pérdida de interés en actividades que antes solía disfrutar, aislamiento social, cansancio y disminución de energía, dificultad para concentrarse y recordar detalles, cambios de peso, insomnio en unos casos y exceso de somnolencia en otros, y pensamientos suicidas.