El nepotismo, el uso de la imagen del presidente en las campañas de Morena y el efecto que tendrá lo sucedido en la Línea 12 del Metro de la CDMX son temas que han impactado en el actual proceso electoral, se trata de asuntos que ayudan a explicar la baja en las preferencias electorales del ahora partido oficial en la actual contienda por los votos.

Las actuales campañas electorales dan mucho de que hablar, aunque lamentablemente poco positivo. Este es un breve recuento de algunos detalles que vale la pena recordar, como una manera de ir llevando la agenda de lo que se está presentando en estos actos proselitistas, que prometen de todo, menos ser aburridos.

Las encuestas muestran que la oposición tiene la posibilidad de arrebatar la mayoría de los asientos de San Lázaro al actual partido oficial. Con pocas semanas de iniciadas las campañas electorales, las mediciones indican que la opción va de la mano de los mensajes que sepan enviar a los electores, eso siempre y cuando puedan llegar a convencer a los votantes de que realmente vale la pena darles sus votos, a pesar de que no han realizado el necesario ejercicio de autocrítica que muchos estamos esperando.

Los comicios de este año, representan un problema para los electores en cuanto a que las posibilidades a elegir no representan buenas opciones, pero hay que votar para tratar de corregir una situación que a todos tiene mal. Las dos grandes alianzas que están pidiendo el voto en las actuales campañas, tienen el problema que son derivaciones de la misma clase política que genera rechazo entre los votantes, pero que si usa unas siglas es aceptada y si usa otras es cuestionada.

La emoción es enorme, las dudas saltan por cientos, pero la espera ha terminado. Las campañas electorales empezaron y con ellas, toda una temporada que nos dará para tirar ríos de tinta y bytes para revisar lo que hacen los candidatos y sus partidos, pues si para algo sirven nuestros políticos es para lucirse, así sea hasta el ridículo y con cargo al presupuesto.

Hay ocasiones en que lo que sucede en el escenario político muestra que somos un país en donde las ocurrencias dominan. Y no sólo hablamos de lo que a diario se da en Palacio Nacional –que bien ocupa amplios espacios de opinión–, sino de las reacciones de muchos ciudadanos y miembros de la mal llamada oposición, pues da la impresión de que la capacidad de análisis se ha convertido en una especie en extinción.

Toda elección tiene un sector de la ciudadanía que decide su voto hasta pocas horas antes de acudir a la casilla. Para los encuestadores esto representa todo un reto, pues muchos de ellos han descubierto que debido al tema de la inseguridad –y ahora por la pandemia–, no todas las personas acceden a responder el cuestionario, además de la sospecha de que algunos entrevistados mienten. No obstante, el dato que arrojan los estudios muestra un porcentaje elevado de indecisos o que no muestran su preferencia.

Uno de los rasgos de la política que tenemos, es el hecho de que la militancia partidista se utiliza como elemento de descalificación. Activistas de algún candidato usan este elemento para evadir la discusión o tratar de cerrar un supuesto debate, aunque parece que a muchos les importa poco la credencial de partido que tengan los demás.

Somos un país enojado. En redes sociales el intercambio se da, pero con insultos y reclamos. Las campañas que están por iniciar prometen que los candidatos y sus partidos se darán hasta con la cubeta, además de que el presidente en sus mañaneras reclama las críticas recibidas y hasta habla de la simulación del feminismo días antes del 8 de marzo, en tanto quienes no comparten su forma de gobernar se dedicarán a buscar un nuevo apodo para referirse a él. La sensatez abandonó México hace mucho tiempo.

Luego de la elección de 2018, se ha debatido mucho acerca del mensaje que los ciudadanos enviaron a través de sus votos a los partidos políticos. La debacle que representó el saldo obtenido por los partidos tradicionales y el encumbramiento de un movimiento articulado alrededor de la figura de un caudillo, se pensó que representaba no sólo el hartazgo de los ciudadanos por la manera en que funcionaba el sistema de partido, sino el fin de los institutos políticos como los conocemos, pero lo que vemos en este inicio del proceso electoral de 2021 es la repetición de las mismas prácticas que se llevaban a cabo en 2018 y años anteriores.

Por supuesto que a todos los que vivimos en San Martín Texmelucan nos preocupa, y nos ocupa, el tema de seguridad pero tendríamos que averiguar qué certeza tendríamos de que el instalar un cuartel (si es que se instala) nos brindaría la seguridad social que necesitamos para vivir y desarrollarnos dentro del municipio.

Con la postulación de candidatos plurinominales, los partidos han decepcionado, pero quizá lo que muchos no ven es la dinámica interna que condujo a tomar este tipo de decisiones. El microcosmos partidista es complejo y para quienes impulsaron candidaturas ciudadanas es algo completamente ajeno.

Les cuento que el controversial personaje Noé Peñaloza logró 391 obras públicas en su gestión como Presidente Municipal de San Martín Texmelucan ¿Qué significa esto? Que fue uno de los ediles que efectuó el mayor número de obras en juntas auxiliares y la cabecera municipal.