El triunfo en Argentina del domingo pasado del ultraderechista, Javier Milei, provoco en México todo tipo de análisis y especulaciones en torno el desenlace de la elección presidencial del 2024, la pregunta obligada es si puede un candidato de derecha desafiar a una izquierda que está instalada en el poder y empecinada en no ceder un centímetro, ni su ideología ni sus espacios, a pesar de la enorme crisis económica y de alta inflación en la que tiene hundido a su país, la respuesta es sí.

 

Por más absurdo que parezca el excandidato de derecha Javier Milei, un fanático atacado egocéntrico y fanfarrón, gritón y excéntrico remonto más de 30 puntos, en las encuestas para derrotar al periodista Sergio Massa, ex jefe de asesores de Cristina Fernández, de Kirchner y ex ministro de economía.

 

Hablamos de una nación donde la inflación ya supero el 140 por ciento anual, la deuda está por encima de los 4010 mil millones de dólares un 85 por ciento del PIB con una reserva monetaria de apenas 24 mil millones de dólares, en su primer discurso a 19 días de tomar posesión el presidente electo Milei, ya dejo en claro que va por un liberalismo a ultranza privatizando todas las empresas del estado incluyendo la petrolera YPF.

 

En el último día de cotización en Wall Street, sus acciones de la petrolera se dispararon al alza en un 40 por ciento como consecuencia de los rumores de su inminente privatización, los argentinos no son tontos saben que su apuesta por el Liberal Milei, es muy arriesgada será un sacudimiento extremo en un país en el que lo tienen todo para competir entre los mejores del mundo como ya lo fue en las décadas del 40 y 50 pero la ideologización el radicalismo, el populismo, de izquierda las dadivas a los descamisados del peronismo dieron al traste con su riqueza.

 

Hoy sin embargo prefieren jugársela con el alocado e incierto personaje que parece más sacado de una historieta, que repetir el fracasado modelo que los llevo como dice el tango cuesta abajo en su rodada, y frente a ese sacudimiento político la obligación es voltear a México para saber si el populismo de la izquierda López/obradorista, puede ser derrotado por el centro de derecha de Xóchitl Gálvez, o por la nueva neo derecha de Samuel García.

 

De entrada, hay una diferencia sustantiva, las cifras macroeconómicas en México son muy distintas a las de Argentina acá los indicadores principales, respiran una desaceleración económica, aunque como despedida, el gobierno de Morena, nos va recetar prestamos por el equivalente al 90 por ciento de todo el ISR, que recauda o el 185 por ciento del IVA que registrara en 2023, en año electoral.

 

Para los empresarios México es un excelente negocio, y para los banqueros México da los mejores rendimientos del mundo para los inversionistas extranjeros no existe   otro país como México, que les pague tasas reales por encima del 8 o 9 por ciento ¿de verdad buscan un cambio?, la encrucijada 2024, para los mexicanos es si quieren continuar con el modelo populista asistencialista de reparto de tarjetas con presupuesto poco transparentes, una fuerza militar presente hasta en las obras más importantes del país, y un crimen organizado dominando la mayoría del territorio nacional.

 

La crisis en México no es como en Argentina, económica es (partidista ideológica) social de seguridad, sanitaria y educativa, cuidado si el modelo argentino se implanta en la carrera presidencial porque el perfil más cercano a Javier Milei, es el del gobernador con licencia Samuel García, “alocado, bocón, gritón, fanático, excéntrico, pero también mitómano, soberbio y egocéntrico.

 

Nada garantiza que en Argentina el gobierno de Milei, venga a sacar a “el buey de la barranca”.

 

Por eso en México, tiene que tener cuidado con los extremistas y deslenguados como Samuel García, porque en un descuido termina convertido en el Milei de la política mexicana, que pocos imaginan y que si les puede dar la sorpresa a Claudia y a Xóchitl.