Las imágenes de un presidente de México atendiendo en Acapulco el drama de los damnificados de un Huracán, son las de Enrique Peña Nieto, del 16 de septiembre del 2013, cuando el Huracán “Ingrid” azoto las costas de Guerrero, ese día el mandatario presidio en la Ciudad de México el desfile de independencia y tras una evaluación de los destrozos de “Ingrid” y de la Tormenta Tropical “Manuel” salió de inmediato con medio gabinete a Acapulco para encabezar el rescate y allá pernocto dos días.

 

Otra historia muy distinta la que se vive hoy con el Presidente AMLO, quién insiste en sus mañaneras que ya fue a Acapulco, pero no exhibe evidencia alguna, alguna fotografía más a la que muestra al Jeep atascado en el lodo en la autopista del sol muy lejos de Acapulco, lo que se hace evidente es que el Huracán “Otis” rebaso al inquilino de Palacio Nacional, quién esta tan emocionado en sus fantasías y en sus mentiras que cree que engaña con facilidad a su pueblo bueno y sabio y eso se refleja en la baja de  su popularidad, con la gente.

 

se equivoca a nadie escapa que el mandatario demoro al menos diez días para irse a sumar a la desgracia de Acapulco y si acaso el martes finalmente dio la vuelta no existe evidencia fue porque las presiones de la población estaban ya desbordadas, pero no se le vio caminar en las calles como a Peña Nieto.

 

Fue increíble el desorden ante la falta de autoridad local, estatal y federal, además de los saqueos a toda hora que fueron orquestados por todos y hasta el crimen organizado y realizados con toda impunidad, el robo no era de alimentos sino de electrónicos, tierra de nadie es increíble que el gobernante que se autonombra el más cercano a su pueblo el que se auto pregona el segundo más popular del mundo no tenga la sensibilidad y la empatía para acudir al lado del dolor del pueblo guerrerense en desgracia y en medio del drama, mejor prefirió ir los días de la tragedia a Monterrey al Estado de México, y de supervisar por enésima ocasión el tren maya.

 

Antes que ponerse a encabezar la limpieza y reconstrucción de una ciudad gobernada por Morena y un estado dominado por Morenistas, ante esta triste realidad sus discursos y su cercanía con los desposeídos se desploman y los pobres resultados de la reconstrucción solo vienen a refrendar el desorden en el que termino el gobierno de la 4t, en donde estaban la Guardia Nacional, el Ejército Mexicano, la Marina, cuando cientos de afligidos acapulqueños, captaban con las cámaras de sus teléfonos celulares el abierto pillaje de pantallas de televisión, refrigeradores, y enseres domésticos.

 

Es de llamar la atención que el presidente AMLO no les da la cara a los guerrerenses como en el 2013, si se las dio su antecesor Enrique Peña Nieto, en circunstancias similares quizás porque el inquilino de Palacio Nacional le teme a la iracunda reacción del pueblo bueno y sabio, frente al torpe manejo de esta tragedia que devasto al centro turístico.

 

No quiere salir a la calle para no ver las quejas que abundan en redes sociales contra él y su gobierno de la cuarta transformación.