Es la primera vez en lo que va del sexenio, el presidente Andrés Manuel, se desvanece ahora en su gira por Yucatán, cuando intentaba supervisar la obra del tren maya en ese estado.

 

El desmayo que obligo a su traslado a la ciudad de México, aunque lo nieguen, lo internaron en el Hospital Militar para revisar de nuevo su delicado corazón.

 

En su círculo íntimo hay nerviosismo, pánico de saber lo delicado de su situación y buscan disfrazarla de un tercer contagio de COVID-19 su nuevo ingreso al hospital, si solo fuera el virus el presidente estaría en facultades de haber grabado un video para tranquilizar los ánimos y frenar la ola de especulaciones.

 

De que es algo más delicado, lo es, no lo hizo, ni siquiera una fotografía fue difundida, pero el pésimo manejo que su vocero Jesús Ramírez, le dio ayer a este episodio sembró más dudas y no disipo la intranquilidad sobre todo cuando las explicaciones tardaron seis horas en darse a la opinión pública y personajes tan cercanos como Epigmenio Ibarra, no cesaban de calificar de falsa la cancelación de la gira por el episodio de salud que más tarde se conoció, las dudas se elevaron todavía más cuando por la tarde se difundió un tuit presumiblemente enviado por el presidente Andrés Manuel, en un lenguaje completamente ajeno al que utiliza el inquilino de palacio nacional.

 

Enviado por las redes a las 15:17 horas el presidente inicia su supuesto comunicado diciendo “Ni modo, amigos y amigas”, pero el mandatario jamás se dirige a los mexicanos como amigos y amigas, menos aún finaliza aún finaliza sus escritos en Twitter con un nos vemos.

 

La de ayer domingo en Yucatán no sería la primera vez que desde presidencia utilizan el COVID para ocultar un episodio cardiovascular del mandatario.

 

Ya el 10 de enero del 2022 se anunció que el presidente López Obrador, se había contagiado del virus en los mismos días en que coincidió con otro episodio cardiovascular que lo obligo también a la hospitalización.

 

El primer contagio de COVID-19 lo tuvo el inquilino de palacio nacional el 24 de enero de 2021 en pleno apogeo de la pandemia, pero el verdadero drama que guarda la salud presidencial especialmente en su sistema cardiovascular, se dio con las revelaciones en octubre de 2022, de los llamados “guacamaya Leks” en donde documentos de la secretaria de la defensa confirman la debilitada salud presidencial, haciendo énfasis en la existencia de una “angina de pecho”, ante la evidencia de los guacamaya leks el mandatario debió salir entonces a confirmar su delicado estado de salud, el presidente López Obrador, dijo que “ Todo lo que se dice por ahí (en los guacamaya leks) es cierto y se ha expresado si acaso la ambulancia que fue a Palenque a principios de enero de 2022, porque había riesgo de infarto y me llevaron al hospital, me recomendaron un cateterismo, me dijeron hay que hacerlo, les pedí unos días en eso me dio COVID y tuve que esperar a que pasara el COVID y ya fui al hospital y me hicieron el cateterismo”.

 

Previo a la campaña presidencial y en los primeros 4 años en el gobierno López Obrador, ya había tenido el 03 de diciembre de 2013, un infarto al miocardio, que le obligo a una intervención cardiovascular en el Hospital Médica sur, le colocaron unos marcapasos, en algunas arterias y logró superar su primer infarto severo al miocardio.

 

Además de los otros dos episodios reconocidos hace dos semanas circuló la versión de que el presidente habría sido trasladado al Hospital militar para una revisión cardiovascular de urgencia sus voceros negaron la versión.

 

Este nuevo desvanecimiento del inquilino de palacio nacional se da en momentos en que su gobierno enfrenta severas presiones de Estados Unidos para hacerle frente al crimen organizado y a la guerra contra el fentanilo.

 

Durante la última semana el presidente se vio particularmente enojado y en algunos casos muy nervioso en sus conferencias mañaneras.