El lunes 3 de abril tendrá un lugar especial en la historia de la autoridad electoral federal (INE) ya que con la renovación de cuatro consejeros electorales del órgano de dirección (Guadalupe Taddei Zavala, Rita Bell López Vences, Arturo Castillo Loza, Jorge Montalvo Ventura) tendrá un nuevo perfil muy diferente al que predomino en los últimos tres años donde Lorenzo Córdova Vianello, Presidente saliente y Ciro Murayama Consejero saliente llevaron a la institución a un nivel de protagonismo innecesario a la confrontación abierta y en muchos casos hasta grosera con actores del gobierno actual de Morena ya con su representante ante el órgano electoral nacional o bien con altos funcionarios del gobierno incluyendo al presidente de la republica AMLO.

 

try.JPG - 33.23 kBIluminados se creían, ambos consejeros salientes lo mismo el secretario ejecutivo Edmundo Jacobo Molina quien ilegalmente extendió su periodo como súper secretario del órgano de dirección con el respaldo del ex presidente Córdova Vianello. Nefasto fue el final de estos altos funcionarios que suponían eran irremplazables, y merecían una vida llena de excesos y dinero raudal de tal forma que con sueldos magnánimos, prestaciones al por mayor y de millones de pesos y finiquitos de tal cantidad que cualquiera con un cargo así se sorprendería en cualquier parte del mundo. Hicieron del INE un botín económico, un espacio de confrontación permanente, un uso directivo democrático todo lo contrario de lo que un árbitro debe tener como cualidades y virtudes.

 

Con la sangre nueva que llega al órgano colegiado del INE esa imagen debe cambiar a la de un arbitraje discreto, austero, imparcial, profesional en sus decisiones y sobre todo dedicados con discreción a preparar la elección del año venidero que será una de las más grandes del México reciente tanto en la renovación de cargos federales en casi la mitad de los estados la gubernatura, así como de la casi totalidad de congresos locales y un porcentaje mayúsculo de municipios.

 

Los nombres de los nuevos funcionarios es lo de menos importante ha sido el proceso de selección y el sorteo que los llevo al cargo ya que no los compromete a las cuotas partidarias que prevalecieron en años anteriores y que ahora con una mayoría de los once integrantes tendrán que ponerse la camiseta del INE y no la de disfrazados representantes de partidos políticos.

 

El cambio en estos procesos es notable y el avance de una real democracia de la autoridad electoral y por ende de su desempeño en el corto y mediano plazo deberá confirmar que el arbitraje electoral no es para iluminados ni para hacer fortuna sino para trabajar con eficacia en un marco de mayor austeridad republicana que genere confianza entre los partidos políticos pero, sobre todo, entre la ciudadanía informada que quiere una autoridad electoral más cerca de ellos, lo que finalmente, busca en el ideal democrático de las elecciones y la participación ciudadana como factor principal de decisión a través del voto. Enhorabuena por el nuevo INE que si se tocó para que se fueran los que lo echaron a perder.