Durante más de tres décadas de régimen político PRI-AN el discurso en materia económica de Miguel de la Madrid Hurtado a Enrique Peña Nieto, fue reiterativo: el único modelo económico a seguir era el neoliberal, de economía abierta, de obediencia a  dictados de organismos internacionales (BM, FMI y otros) no hay otro camino más que la fuerza del mercado con aplicación de políticos por una tecnocracia formada en postgrados en universidades de Estados Unidos.

 

Para muchos críticos de este modelo económico, los Presidentes de México no pasaban de ser gerentes de intereses superiores de “Capitalismo Salvaje”, global del “Capitalismo de Cuates” al que llego Enrique Peña Nieto, del gobierno de empresarios para empresarios según Fox.

 

La llegada al poder político de AMLO, rompe con ese modelo económico, al que señala como culpable de todos los males que hereda como Presidente: pobreza, inseguridad, corrupción, impunidad.

 

Llego a su fin ese modelo depredador sin darle nombre al suyo, adiós tecnócratas, economistas, y ahora prevalecen los matemáticos, los actuarios y economistas pero de un perfil diferente, más cercanos a doctrinas latinoamericanas.

 

Una especie de regreso al modelo del estado de bienestar y del desarrollo estabilizador del siglo pasado que AMLO defiende como el de mayor crecimiento económico.

 

Separar la política de la economía es el eje del nuevo discurso; esta la economía al servicio de la justicia social y sus políticas públicas. Germán Martínez (ex panista, ex calderonista) primer renunciante en el gabinete ampliado de AMLO lo defiende por encima de todo al calificarlo como un presidente NO GERENTE de intereses económicos locales y globales 

 

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