Un tema que parece estar durmiendo el sueño de los justos luego de las eventualidades del 24 de diciembre y la descomposición del grupo que gobernaba Puebla es el del espionaje político.

 

Denunciado en su tiempo por Rodolfo Raúl González Vázquez, agente del Cisen que reveló importantes datos que relacionaban a funcionarios de RMV con la violación de la intimidad de quienes eran considerados enemigos de su administración.

 

Las denuncias por espionaje y amenazas presentadas, entre otros, por Jorge Estefan Chidiac y Alejandro Armenta, algunas más fueron resueltas por la PGR cuando RMV tenía facturas pendientes de cobro a EPN, por lo tanto quedaron sin efecto. Una nueva investigación debería iniciarse en consecuencia de que los equipos de tecnología y software de Galileo y Pegasus hubieran sido pagados con dinero público y por tanto deben ser presentados en la entrega-recepción de las dependencias que los controlan, como Segob o SSP.

 

El tema anda rondando por algunos diputados preocupados porque el espionaje se siga practicando con esos equipos en manos de los exfuncionarios que ahora ven agotado su poder político y en riesgo su futuro y fortuna económica.

 

Muchos se preguntan quién tiene los equipos, dónde fueron a parar, y algunos más, qué es de los jefes encargados de su utilización.

 

¿Acaso han sido llamados a cuentas? Se sabe de sus actividades? ¿O se han cancelado las investigaciones?

 

Es que, ante la llegada del proceso electoral, los operadores del trabajo de tierra se preguntan si habrá o no intervención de esas fuerzas ocultas que el año pasado operaron para hacer un fraude electoral en Puebla.

 

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