La prensa fifí se distingue por prostituir la información para imponer traidores y entregar el país. Para lograrlo, usa y desecha políticos corruptos para enriquecer a los buitres empresariales.

 

Manipula y polariza buscando desestabilizar al país. Quieren a toda costa preservar el status quo del poder económico que millonariamente los beneficia.

 

Los medios han sido determinantes en la manipulación de la población al servicio e intereses del más alto poder económico transnacional.

 

Hemos castigado a Televisa por su participación en la prostitución de la democracia, daño severo a la educación y complicidad con traidores a la patria, pero el prostibulo de los Azcarraga no es el único enemigo; de Fox a Peña hemos pagado cerca de 120 mil MDP a un sin fin de medios y sicarios de la comunicación por su contribución al despeñadero de la nación.

 

Azteca, Formula, SDP o Reforma, entre otros,han sido fundamentales para consumar fraudes electorales de títeres políticos al servicio de empresarios nacionales e internacionales, burdeles mediáticos que venden caro su libertad de expresión a las élites tan voraces como sus sicarios de la información muy bien remunerados por su traición a la nación. Insaciables, también cobran fortunas del erario.

 

En 2018 perdieron, ya no estamos cautivos en su tergiversación neoliberal; AMLO, su movimiento y millones de ciudadanos logramos la primera victoria, arrebatarles nuestro país a transnacionales y buitres empresariales. Sus pérdidas son millonarias y perpetuarán la guerra en las calles con los criminales que ellos empoderaron. Y en las redes con sus menos quemados sicarios de bajo perfil que defienden a capa y espada a la corrupta prensa fifí.

 

Un alto porcentaje de personajes políticos están al servicio del poder económico, el verdadero, dantesco y muy peligroso contrapeso a la cuarta transformación son ellos, pero sus peones políticos casi siempre son los sacrificados, pero antes de convertirlos en chivos expiatorios, los medios maquillan sus pecados y son glorificados, truánes de la peor calaña como Salinas, Zedillo, Fox Calderón y Peña han robado y comprado la presidencia con la bendición de la santa inquisición mediática.

 

Ratas, psicopatas y prianistas, los políticos corruptos se han valido de la victimista prensa fifí para competir por cargos públicos y velar por el bienestar de sus patrocinadores de la oligarquía nacional.

 

Zambrano, Fernández, Slim, Azcarraga, Salinas y un puñado más, gracias a sus líderes han obtenido jugosas licitaciones, concesiones y millonarias condonaciones.

 

Por imponer a Peña se ahorraron más de 300 mil MDP en pago de impuestos durante ese sexenio.

 

Los más poderosos medios y sus teleterroristas disfrazados de periodistas fueron millonariamente recompensados al disfrazar de progreso el pueril y cruel entreguismo de los traidores prianistas, quienes siguiendo ordenes puntuales desde el extranjero, masacraron al pueblo en aras del despojo y saqueo, mientras la prensa fifí, callaba, negaba o tergiversaba los hechos.

 

La mayoría de los medios usan y desechan a los políticos en favor del poder económico, enarbolando falazmente lalibertad de expresión.

 

Se han empeñado en hacer creer que no hay contrapesos que hagan frente al poder del presidente, la oposición política esta diluida, desacreditada y cargando a cuestas, corrupción, pobreza y muerte, pero ellos no son los únicos responsables, fueron autores materiales de la sangrienta tragedia neoliberal, pero detrás de ellos están los autores intelectuales, buitres empresariales que azuzan a la disoluta prensa fifí para golpear, polarizar y aguardar, quieren de vuelta todos sus privilegios.

 

Sin dar la cara, hoy el poder económico es el más férreo contrapeso, acostumbrados a mover los hilos del país, utilizan a sus lacayos en la prensa fifí para manipular, tratar de poner agenda y desestabilizar al país. Tergiversan los índices de violencia que ellos auspiciaron, especulan contra la política económica que ya no les favorece, descalifican al gabinete que ya no sirve a sus intereses y acusan de autoritario al presidente que por primera vez los desafía y les hace frente.

 

Pululan mercenarios al servicio de empresarios, desde los más delesnables, como Krauze, Alemán o Hiriart, hasta los más fascistas y clasistas, como Ramos o la Dresser.

 

Sin perder de vista a los imparciales de intachable reputación que jamás cuestionan al poder económico y su criminal obsesión por el petroleo, agua y tierra, menos, si reciben cheques en dólares de medios terroristas, como CNN.

 

No les interesa la libertad de prensa, quieren preservar el status quo y su jugosa recompensa. No se trata de defender a capa y espada del presidente; reconocer logros y desaciertos es lo más inteligente, así como tener presenta a los adversarios, sus intereses y a quienes los defienden, esa prnesa fifí que intenta convencernos que estaríamos mejor con sus jefes, los buitres empresariales.

 

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