Cada vez que inicia un sexenio, los retos y esperanzas se concentran en torno a la persona que asume las riendas del Poder Ejecutivo, ya sea estatal o federal, así como en el plan y el dinero para realizar obras, brindar servicios públicos y generar las condiciones para atraer inversiones.

 

Un gobierno (sea de cualquier orden y partido), siempre deberá basar su funcionamiento en tres cosas: Presupuesto, ideas y resultados; sin estos elementos, difícilmente podrá llegar a buen puerto y por ende, repercutirá –en negativo- en la vida de mucha gente.

 

El ejemplo reciente

 

La victoria de Andrés Manuel López Obrador el pasado 1 de julio puede ser vista desde varios ángulos, pero sin duda el aspecto electoral es el más importante, no sólo por la amplia ventaja que obtuvo, sino también, por la fuerza y el control políticos que esto representa.

 

Diversos sectores le reconocen al morenista su perseverancia para llegar al máximo cargo (público) al que un mexicano puede aspirar; sin embargo, pocos han pensado qué hubiera sucedido con AMLO en caso de ganar en 2006 o 2012, es decir, ¿ostentaría un poder (casi absoluto) como el que tiene ahora?

 

Escenarios distintos

 

La respuesta es “no”, porque los comicios de hace 12 años fueron los más competidos en la historia moderna de México, donde el PAN consiguió 206 diputaciones (federales) y 52 senadurías; seis años después, el PRI ganó 214 curules y 52 escaños. Cantidades menores comparadas con los 308 y 69 lugares que Morena y sus aliados conquistaron hace unos meses en la cámara baja y en la cámara alta, respectivamente.

 

En otras palabras, López Obrador y su entonces partido (PRD) pudieron arribar a la administración federal pero de forma acotada, ya que el blanquiazul y el Revolucionario Institucional seguramente lo “boicotearían” y de paso, a su llamado “Proyecto de Nación”.

 

Años y circunstancias diferentes

 

Pero el ámbito legislativo no sería el único punto diferente con respecto a 2018. En materia energética, los dividendos por la venta de petróleo fueron mayores en los sexenios anteriores, solamente en el periodo de Vicente Fox, la cifra total por los excedentes de dicho hidrocarburo alcanzó los 170 mil millones de dólares, mientras que en el de Felipe Calderón, ascendió a 250 mil millones de billetes verdes.

 

Y es que uno de los problemas que enfrentará López Obrador será la falta de recursos monetarios para sacar adelante sus ofertas de campaña. Según el número estimado por la actual Secretaría de Hacienda para 2019, será de poco más de 5 billones de pesos, monto considerable pero insuficiente, tomando en cuenta las necesidades que hay en el país.

 

Más y más…

 

La violencia es otro de los pendientes del Estado Mexicano, si el tabasqueño hubiese vencido, la lucha contra los cárteles –quizá- pudo adquirir un rumbo distinto. De acuerdo a los datos oficiales, la administración de Calderón cerró con 101 mil homicidios dolosos, por su parte, la de Peña rebasó las 121 mil muertes.

 

Nunca se sabrá cómo hubiera actuado Andrés Manuel López Obrador en el papel de mandatario en 2006 o 2012, porque los supuestos no existen, lo que sí está comprobado es que el desastre económico, político y de seguridad, se acrecentó durante la transición PRI-PAN-PRI y no es pesimismo ni ingenuidad de quien esto escribe, pero al nuevo gobierno le será imposible revertirlos en los 5 años y medio que le restan.

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