“Reitero el compromiso de no traicionar la confianza que han depositado en mí millones de mexicanos. Voy a gobernar con rectitud y justicia. No les fallaré porque mantengo ideales y principios (…) Pero, también, confieso que tengo una ambición legítima: quiero pasar a la historia como un buen Presidente de México”.

 

Con esas palabras, Andrés Manuel López Obrador cerraba su discurso como ganador de la elección 2018, una contienda histórica, no sólo por la cantidad de personas que sufragó, sino porque sería la primera vez que un político de izquierda arribaría a Palacio Nacional. 

 

Era el 1 de julio de 2018, la Plaza de la Constitución en la Ciudad de México lucía abarrotada, los seguidores del tabasqueño buscaban desde tempranas horas un lugar privilegiado para ver, tras doce años de lucha, la proclamación del triunfo y el inicio, señalaron, de la “Cuarta Transformación” del país.

 

Días después, se confirmó que el candidato de la Coalición Juntos Haremos Historia (Morena, PT y PES) obtuvo 30 millones 113 mil 483 votos, algo inédito en la historia moderna de México y que sería aderezada con la mayoría alcanzada por los partidos que la integraron en las cámaras de diputados y senadores.

 

Años después…

 

Mucha agua ha pasado por debajo del puente. A 24 meses de aquel suceso, la euforia y optimismo de una buena parte de los mexicanos se ha transformado total o parcialmente.

 

La pandemia originada por el coronavirus ha dejado miles de muertos, sistemas sanitarios endebles y economías colapsadas, y en América Latina no es la excepción. Brasil, Perú, Chile y por supuesto, México encabezan la lista de naciones con problemas de todo tipo para el corto, mediano y largo plazos.

 

Actualmente, la incertidumbre, preocupación y frustración invaden a los integrantes de varios hogares, debido a la falta de seguridad social y de empleo (bien remunerado), que sin duda se traducirán en una deficiente calidad de vida, por decir lo menos.

 

Primer escenario

 

En 2018, la clave del éxito de AMLO radicó en su narrativa que giraba en torno a la violencia y la corrupción, dos lastres que este país ha cargado por décadas y que, al asumir el poder, dio prioridad (aunque no siempre con los resultados deseados).

 

Mientras tanto, la economía se mantuvo estable a pesar del cambio de régimen, para finales de 2018 el tipo de cambio (promedio)  peso- dólar fue de $20 por unidad, el número de trabajadores informales ya era alarmante (30.7 millones), con una industria petrolera en agonía y teniendo al turismo, la maquila y las remesas como sus tres pilares fundamentales.

 

Foto del momento

 

Los logros y desaciertos de esta administración son medibles; empero, el futuro es lo que más le importa al ciudadano. Prórrogas de pago, condonaciones, estímulos fiscales, planes y zonas de recuperación son las acciones gubernamentales inmediatas que pide la gente y que al parecer, no llegarán en conjunto, de acuerdo con lo expresado por el presidente en las semanas recientes. 

 

Con respecto a este último, ha sorteado el vendaval económico y sanitario o al menos así lo piensan los mexicanos. De acuerdo con la encuesta publicada el 1 de julio por el diario El País México (elaborada por la empresa  Simo Consulting) con motivo del aniversario de la elección, el porcentaje de aprobación ciudadana registra el 68.4 por ciento (%) y desaprobación del 31.6%.

 

El periódico El Financiero difundió su propio estudio demoscópico, el cual registró un 56% de aprobación y 42% de desaprobación. En ambas mediciones, el Ejecutivo federal sale bien librado, aunque es necesario recordar que su imagen viene en descenso, ya que en diciembre de 2018, este mismo rotativo lo ubicó con un 77% de apoyo.

¿Qué seguirá?

 

Julio será clavé para López Obrador, en lo positivo (para él) entrará en vigor del T-MEC (Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá), la extradición del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, así como la reanudación –en semáforo naranja- de las actividades en algunos estados de la República.

 

Y en lo negativo, su visita a Washington y el posterior encuentro con su homólogo norteamericano, Donald Trump, desatará las críticas (casi unánimes); la cifra de contagios por Covid-19 que no disminuye, la saturación en la red hospitalaria y la crisis generada por la inseguridad, serán los temas que deben ocupar a quien un día como hoy, festejaba aquella victoria.

 

TWITTER: 

@LccPibe