Se aferra al cargo, justifica su permanencia, responde cuando se le critica y sobre todo, brinda información imprecisa en los momentos clave, así transcurre el desempeño de Alfonso Durazo como secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana del gobierno federal.

 

A raíz del malogrado operativo para capturar a Ovidio Guzmán (hijo de “El Chapo”) en la ciudad de Culiacán, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador entró en una crisis de la cual no ha podido salir, pues desde el pasado 17 de octubre acumula yerros que merman la imagen y apoyo hacia este último.

 

“Días negros”

 

Tras las “desastrosas” ruedas de prensa del gabinete de seguridad para explicar dicho acontecimiento, se le sumaron otros hechos poco afortunados: la ríspida relación entre la prensa y el mandatario, la negación de un posible golpe de Estado, las polémicas declaraciones de Olga Sánchez Cordero (titular de Gobernación) sobre el caso Baja California y el más reciente, el asesinato de varios integrantes de la familia LeBarón, donde nuevamente el encargado de la seguridad fue rebasado.

 

A diferencia de los anteriores, el multihomicidio perpetrado entre los límites de Sonora y Chihuahua, provocó una inmediata reacción de Washington, ya que las víctimas pertenecientes a la comunidad mormona tenían la doble nacionalidad, lo que obligó a AMLO a efectuar un manejo –regular- de la situación y de control de daños. 

 

¿Nueva estrategia?

 

Más allá de saber las causas de este crimen y encontrar a los autores materiales, la realidad señala que la estrategia no es la correcta, la muertes por arma de fuego crecen y, de continuar con esta tendencia, 2019 será el año más cruento en lo que va del siglo, según la organización Semáforo Delictivo.

 

López Obrador ha repetido que su plan de pacificación se basará en “atacar las causas que originan la violencia”, es decir, que no reprimirá ni confrontará a las bandas del narcotráfico; por el contrario, aseguró que mediante los programas de asistencia social las condiciones de vida de la gente mejorarán y así, el hampa disminuirá.

 

El Tío Sam

 

Al parecer, AMLO no modificará su idea, ni la opinión pública ni los periodistas, ni los especialistas ni las protestas lo harían recular; sin embargo, hay un factor externo que lo haría dar un viraje de 180 grados y ése es el presidente de la unión americana, Donald Trump.

 

No sería extraño que los Estados Unidos ejercieran su fuerza política, comercial y diplomática para influir en la toma de decisiones del gobierno mexicano y el magnate neoyorkino sabe mucho de eso.

 

El tema LeBarón causó indignación en ambos lados de la frontera. El atentar contra los ciudadanos norteamericanos en cualquier parte del mundo es una afrenta para esa potencia y las consecuencias de esto, más la impunidad que reina en su país vecino, son motivos para que la presión se incremente en las próximas semanas.

 

Lo que pasará

 

Más tarde que temprano Alfonso Durazo dejará el cargo, el fallido operativo en la capital sinaloense, su inexperiencia, los datos falsos y vacíos de información en los que ha caído recientemente, hacen pensar que la cooperación estadounidense llegará.

 

La gravedad de la situación escaló a tal grado que la participación de tropas extranjeras en territorio nacional ya no es una idea descabellada como lo pudo haber sido hace tiempo, muchas personas creen que vale la pena sacrificar la soberanía a cambio de paz.

 

TWITTER: 

@LccPibe