La globalización nos esta convirtiendo exclusivamente en consumidores

disminuyendo peligrosamente la domestica.

Por lo anterior, los Consumidores deben dejar de actuar como súbditos

del mercado y de las grandes empresas, para beneficiar

a los pequeños productores

MMypes, distribuyéndo así la producción y riqueza.

No olvidar, el Consumidor inteligente es el rey del mercado

y se ejercerá así con menos pereza y cobardía porque

cada decisión es un acto político para la distribución o concentración

de la riqueza.

Ya basta…!  Van 500 años de subdesarrollo, mediocridad democrática,

corrupción judicial y endeudamiento social

bajo el monopolio de las monedas “fuertes” del funeral.

Pablo Hughes Reyes (Uruguay 1946)

 

EUA. El FMI ofrece bolsa de créditos por $50,000 mdd para quienes no hayan tenido ventas suficientes  para pagar sus deudas y así nadie muera por falta de dinero y crédito…. En cambio los clientes así morirán pobre y lentamente iniciando su procesión al cementerio porque los bancos no ampliarán

 

CATALUNYA. CARTA DE SABASTIA A LOS MEXICANOS Y JUBILADOS DEL MUNDO.

Amigos Mexicanos,

Jubilados del mundo:

Desde Catalunya confinada, encerrados todos en nuestras casas dentro de nuestra autonomía, bajo Estado de excepción y otro más, éste sanitario, el otro político, declarado por el Estado Español, por el dichoso Coronavirus donde les notifico entonces que, NO ESTAMOS MUERTOS.

 

Hoy me he levantado rebelde, mucho más que otros días por cuanto la represión comprimida, tiene la necesidad del desahogo y, si a uno, en este estado de las cosas, le encierran en su propio domicilio teniendo como tengo una computadora, un celular y una red global que me permite viajar al instante a otros mundos -que dicen que existen del más allá, cuando todos están en el más acá, entonces, uno se vuelve peligroso, por cuanto, acorralado estando en el limbo de los escogidos por la edad estoy doblemente sentenciado: por la vida ya escasa que me pueda quedar, y por considerarme los Estados de "alto riesgo", es decir, un destinatario de las iras del sistema político, que no quiere seguir pagando pensiones de jubilación, ni invertir en medicamentos costosos, por cuanto, nos dicen claramente, nosotros, los viejos y los no tan viejos, las clases pasivas, los ancianos hacinados en residencias de la última edad (vaya eufemismo eso de la tercera edad)  nosotros sobramos; ya descuentan en sus presupuestos,  los días de nuestro último calendario, antes de nuestro traspaso, que está más cerca que lejos,  éstos, los ancianos es decir, nosotros, estorbamos,  por estar ya  amortizados, como si de una maquina o instrumento se tratara, descontada nuestra experiencia o sapiencia o utilidad (que aún la tenemos, y mucha) que malbaratan al no aprovecharla, almacenándonos y tirándonos en vida en instituciones o solos en nuestras casas, o abandonados en calles, pordioseando cuando somos, según rezan versos catalanes, escritos en cerámica  en algunas calles de algunos pueblos, somos, digo, "la majestad del pueblo" a quien deberían los gobiernos reverenciar, y aprovechar, como quieren hacer ahora, “in extremis” al confiarnos a los niños que ya no van a la escuela, para que los cuiden los abuelos, sin preocuparse los gobiernos de que, si los viejos somos de alto riesgo, ¿cómo es que nos los confían a los jóvenes?

 

No siendo otra la respuesta que, haciéndolo así, quizás maten dos pájaros de un tiro, reduciendo población vieja,  a la que ya no saben cómo alimentar, ni,  lo que es peor, no saben cómo atender, cuando la respuesta la dieron ya nuestros ancestros con la economía circular, es decir, no desaprovechar nada y reaprovecharlo todo, de ahí muchos guisos de subsistencia de campos abonados con heces fermentadas de animales -que no con química que lo quema todo -dando los campos producción natural  para todos, ecológica la llaman, cuando deberían llamar artificial por clónica la que nos “venden” ahora como sana, cuando no lo es, por transgénica, portadora de alergias y otros males quizás víricos, con los que alimentar farmacéuticas cuyos productos no curan, solo mantienen la enfermedad ralentizada, hasta que deciden que deje uno  de estorbar -prohibiendo hipócritamente la eutanasia perdiéndose nuestro acervo cultural, que ya no lo transmitiremos a nadie, desaprovechándose, lo que antaño siempre fue capital humano, de extraordinario valor, rechazados los viejos ahora, cual plásticos tirados por doquier, contaminadores de coronavirus dicen, cuando nuestro saber dilapidado, no entrará ya en las escuelas, cerradas también, confinadas por el sistema, que prefiere gentes no pensantes, enajenados, borregos a conducir como rebaños, a quien sacrificar, pandémicamente cuando les convenga.

 

No solo no estoy muerto, sino que he reconvertido mis valores en un potente virus, y a fe de Dios, que voy a intentar contaminar de mis pensares y mis valores –y sí que los tengo, a cuantos pueda antes de estirar la pata, confiando que estas líneas, reactiven a otros cuantos más de ustedes, reconvertidos también en virus exponencial que, reprogramados ataquemos las pandemias sociales que los sistemas inoculan a las gentes sencillas, que somos mayorías, y siéndolo, estamos en condiciones de ganar la batalla a quien nos ha declarado la guerra, cuanto son pocos poderosos ricos para exterminarnos.

 

Jubilados y viejos del mundo. Unámonos. Digamos NO al sistema y contagiemos con nuestros pensares y activismo a esos egoístas agiotistas pandemistas, cuyas estratégicas geopolíticas luchan únicamente por el poder,  que no es suyo, sino nuestro, el de jubilados, jubiladas y sus familias, siendo las mujeres nuestro principal activo, como ya han demostrado tantas veces, aunque el sistema se empeñe en ocultarlas.

 

Adelante señoras.  Destruyamos los jubilados la falsa hegemonía imperante. Aprovechemos estos días de confinamiento social para urdir estrategias, vencer reticencias y con nietos conocedores de mejores técnicas de comunicación global con el objetivo de dejarles mejor futuro, hagamos la revolución de la paz y los afectos; implantemos la “economía de plata” (por nuestra edad) llena de valores con cabellos -quien los mantenga aún -compuesta de valores sociales, sostenibles, asentados sobre pilares de libertad, equidad, afecto y respeto por la naturaleza, a la que amar y enaltecer como antaño. ¡Fuera los actuales sistemas!.  Gentes de la última edad, jubiladas y jubilados, el mundo es nuestro! ¡A por ellos¡

 

Desde la Catalunya creativa, imaginativa, arriesgada, progresista, en un querer compartir los de la última edad valores enquistados a reactivar, les convido e invito a rebelarse,  y a revolucionarlo todo, por cuanto, la casta que no nos ha arrinconado, es quien pasivamente nos ha llevado a pandemias desestabilizadoras e injustas diversas para provecho de oligarquías y elites que lo están contaminando a la Madre Tierra quien protesta con sequias, huracanes, tornados, tsunamis y cambios climáticos, mientras los que mandan, juegan y especulan a la bolsa con nuestro futuro. A la mierda todos!.

 

Un solidario abrazo, contagiante, claro, de energía indómita para todos los jubilados viejos o ancianas del mundo, hablen como hablen, piensen los más, como piensen, por cuanto, como piensen los menos, los oligarcas potentados ricachones, nos la soplan con abanicos o lo que prefieran.

 

Sebastià Sardiné Torrentallé.

Jubilado. (Oliana, provincia de Lleida en Catalunya, Europa a 14.03.2020)

P.D. Reenvienlo a cuantos contactos tengan, y a la prensa local, a la extranjera... tranduzcadlo. Que corra y contagie cual pandemia. NO ESTAMOS MUERTOS NI VENCIDOS...!