Las amenazas de atentado, que se han estado realizando en contra del periódico Reforma, me han motivado a compartir este escrito para manifestar mi desacuerdo a estos hechos condenables, debido a la violación que se hace a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, como a continuación menciono.
El ARTÍCULO 6. De la citada Constitución indica que la manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial ni administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito o perturbe el orden público.
El ARTÍCULO 7. Indica que es inviolable la libertad de difundir opiniones, información e ideas, a través de cualquier medio. No se puede restringir este derecho por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares, de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas o de enseres y aparatos usados en la difusión de información y de comunicación encaminados a impedir la transmisión y circulación de ideas y opiniones.
Ninguna ley ni autoridad puede establecer la previa censura ni coartar la libertad de difusión, que no tiene más límites que los previstos en el artículo 6.
Todas las autoridades, en el ámbito de su competencia, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley.
En México, no debemos permitir la violencia contra un medio de comunicación o persona que está ejerciendo su derecho a informar, opinar, orientar, enseñar y criticar; por tal motivo, expreso a través de este escrito mi inconformidad y malestar en contra de los autores materiales e intelectuales que amenazan a un medio de comunicación y atentan contra la libertad de expresión, tratando de evitar cumplir con un trabajo informativo y de critica.
Los mexicanos debemos estar preparados para impedir que en el Congreso se puedan modificar los artículos antes citados, debido a que son la base de nuestra libertad de expresión, ya que actualmente todavía podemos hablar, escribir, criticar y manifestarnos libremente; lo anterior lo menciono, porque existen políticos como la diputada Dolores Padierna Luna; su esposo René Bejarano; el diputado José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña; Héctor Díaz Polanco, secretario de organización de MORENA; el senador Salomón Jara, que hasta quería presentar una iniciativa de ley para que desapareciera el Heroico Colegio Miliar, todos los mencionados y otros más, son afines al socialismo y han manifestado en forma abierta su simpatía por el gobierno de Nicolás Maduro y tienen intenciones de establecer en México un gobierno semejante al de Venezuela.
Para establecer el socialismo en México, se requiere derogar nuestra Constitución Política a través de la denominada democracia participativa, y también mediante el establecimiento de un Congreso Constituyente; por lo tanto, no debemos permitir esta aberración, ya que seriamos un país sumiso, controlado y explotado, como sucede en otras naciones latinoamericanas que tienen esos gobiernos autoritarios, donde la mayoría de sus habitantes viven con privaciones y sufrimiento, pero los dirigentes viven en la opulencia.
Todos los diputados de oposición y algunos de MORENA y sus aliados, como buenos mexicanos deben desarrollar su trabajo legislativo pensando siempre en beneficiar al pueblo de México y no a una sola persona, grupo o partido político; recientemente lo hicieron al evitar que el presupuesto fuera manejado por una sola persona, ya que el Supremo Poder de la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial, como lo estipula el artículo 49 de la Constitución; por lo tanto, el manejo del presupuesto le corresponde al Poder Legislativo.
En la misma Constitución se establece que no podrán reunirse dos o más de estos poderes en una sola persona o corporación, ni depositarse el Legislativo en un individuo, salvo el caso de facultades extraordinarias al Ejecutivo de la unión, conforme a lo dispuesto en el artículo 29 de la Constitución.