Incluso si se usó IA para generar el material gráfico y no se llevó a cabo de manera física, se considerará una violación por el mal uso de imágenes históricas, explica académico de la IBERO.

 

Tras la campaña publicitaria de la plataforma de streaming Max Latinoamérica, donde se emplearon imágenes con inteligencia artificial para reproducir el Castillo de Chapultepec, como parte del lanzamiento de la nueva temporada de “La Casa del Dragón”, el INAH descalificó la campaña y advirtió que podría emplear acciones legales.

 

En ese sentido, Pedro Martínez Esponda, académico del Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana (IBERO) Ciudad de México, explicó que el gobierno mexicano efectivamente puede proceder legalmente, puesto que la publicidad viola las leyes mexicanas en donde se prohíbe el uso indebido de imágenes de un monumento histórico.

 

De acuerdo con el especialista, se debe tener muy presente el artículo 17 de la Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, ya que ahí se menciona que para la reproducción de los mismos con fines comerciales, se requerirá permiso del instituto competente, acción que no fue llevada a cabo por Max.

 

Aclaró que incluso si se usó IA para generar el material gráfico y no se llevó a cabo de manera física, se considerara una violación por el mal uso de imágenes históricas. “Incluso si la imagen hubiera sido generada en otro programa como Photoshop, existiría el mismo problema”, aseguró el académico.

 

Ante este panorama, el INAH cuenta con dos opciones para proceder legalmente: La primera es por la vía administrativa, y la segunda, por la vía civil, señala a través de un comunicado de la institución. En el primer caso, el Instituto podría solicitar un proceso sancionador e imponer ciertas multas a Max, dependiendo de qué tan grave se exponga el caso. Mientras que, de manera civil, el INAH podría solicitar este procedimiento como si fuera cualquier otro particular o persona, ”por ejemplo, si esta misma empresa de streaming usara de forma indebida una foto nuestra, nosotros podríamos demandarla a través de esta vía, aunque para ser honesto es más complicado”.

 

Además de esto, subrayó que independientemente de la vía a elegir por parte del INAH, la resolución podría tardar mucho tiempo, ya que, al ser un proceso administrativo, la resolución se puede apelar en tribunales federales para posteriormente solicitar un amparo.

 

“La verdad, el INAH tiene las de ganar, sin embargo, la pregunta aquí es ¿valdrá la pena esperar tanto tiempo?”, mencionó.

 

Para el especialista en Derecho Internacional, ésta es una situación muy delicada, pues por un lado, él esta de acuerdo con la postura del INAH, ya que es un precedente para que se respeten los símbolos patrios que identifican a nuestra nación y que otras empresas no se quieran aprovechar.

 

Por el otro lado, también se podría sacar provecho de esta situación, ya que al ser una serie de talla internacional, de alguna manera promocionan los lugares donde se ha hecho esta campaña. Indicó que el INAH tiene la facultad de analizar si realmente existen beneficios o si de verdad es una violación que amerita una llamada de atención.

 

“Considero que sí debería proceder de alguna forma legal el Instituto, sin descartar la otra vía. Lo que no queremos es perder el tiempo en instruir un procedimiento sancionador administrativo, pero sí sentar el precedente para que cualquiera que quiera usar monumentos históricos con fines comerciales sin pedir permiso, sepa que puede haber consecuencias”.

 

Respecto a la postura de que México es el único país que ha mostrado queja contra la campaña de Max, a pesar de que se realizó en otros monumentos del mundo, el Dr. Pedro Martínez explicó que las y los mexicanos tenemos una fuerte cultura de arraigo y de respeto a los símbolos patrios, algo que no sucede en otros lados.

 

“Por ejemplo, si tú vas a Estados Unidos, puedes llegarte a encontrar con productos que tengan la bandera estadounidense, playeras, mantas, incluso ropa interior, sin tener consecuencias. Sin embargo, aquí la ley prohíbe todo eso”.

 

El académico consideró la postura del INAH apropiada y adecuada, pues no llega al punto del tabú ni de infringir la libertad de expresión en ciertos contextos. “Todo este asunto se puede facilitar o complicar, pero cualquiera que sea la decisión que se tome, a mí sí me parece importante el respeto a los símbolos patrios”.