La muestra inicia a partir de las fibras que se utilizan para el uso cotidiano, desde prendas, hasta uso doméstico, dice Gerardo Gómez, coordinador de museografía MAP

 

El Museo de Arte Popular presenta la exposición México textil. Centro, una muestra que reúne fibras, tejidos, trajes, blusas y quexquemetls de Jalisco, Colima, Michoacán, Veracruz, Tlaxcala, Puebla, Hidalgo, Estado de México, Ciudad de México, Morelos, Querétaro, Guanajuato, Aguascalientes, San Luis Potosí y Nayarit, señaló Gerardo Gómez, coordinador de museografía MAP.

 

“Fue en esta zona donde comenzó a desarrollarse la propagación y reproducción del ganado bovino, vacuno y caprino, y donde además evolucionó su uso y reproducción; a la llegada de las especies del viejo mundo los sembradíos y la cría de ganado crecieron en mayor proporción que en otras regiones del país. Aquí, germinó también el mestizaje, el sincretismo de culturas, cosmogonías, religiones, costumbres y especialmente de intercambios en la forma de vivir, entender e integrarse a la naturaleza y sus recursos. Esto es lo que ha hecho a la región, rica en manifestaciones textiles”.

 

La muestra inicia a partir de las fibras que se utilizan para el uso cotidiano, desde prendas, hasta uso doméstico. “Un primer espacio lo tenemos con figuras que están vestidos para hacer mención de cómo, a través de la historia y desde la época prehispánica, se tiene esta noción de la indumentaria”.

 

Un apartado posterior está dedicado a la estrella de ocho picos, un símbolo que aparece tanto en prendas de Jalisco y Michoacán, como en Veracruz. “Este símbolo recorre todo el centro de la República Mexicana y nos enfocamos en él para hacer mención de que aún, a pesar de la colonización y la imposición de prendas, las personas perpetuán en sus vestimentas algunos símbolos”.

 

“Es fundamental reconocer las tradiciones y riquezas de nuestro país a través de su influencia biodiversa, su conservación y transmisión ancestral, generando con ello una identidad nacional que pocos pueblos pueden mostrar con algo tan simple como una prenda de vestir”.

 

Seguido de este espacio, continúa un núcleo que aborda las influencias de los españoles y lo que trajeron, están, por ejemplo, el telar de pedal, el uso de hilos de oro, e plata y la chaquira. Posteriormente se muestra el resultado de estas influencias, como lo son los zarapes, gabanes y tapices, etcétera.

 

Hacia el final de la muestra se aborda la indumentaria de uso que tiene que ver con Charrería y fiestas; así como un espacio que es de obras maestras o de las grandes piezas, lo cual representa a sólo un pequeño muestreo pues únicamente se presentan 15 quexquemetls, junto a blusas, fajas, morrales, etcétera.

 

“Cerramos con una parte contemporánea que está divida en dos espacios: el nuevo uso del textil con prendas utilitarias como cobijas y manteles; así como prendas creativas con pretensiones más artísticas. La pieza que cierra la expo es una obra de denuncia sobre los feminicidios, realizado por un colectivo de bordados de Morelos donde el bordado pasa de ser una cosa completamente femenina y de recato a un paño de denuncia, de decir que las están matando”. .

Una de las cosas más graves que está pasando en relación a los textiles es que se están perdiendo porque no se usan. Tenemos que ir buscando y comprando lo que nos es útil, sin ningún problema, expresó Gerardo Gómez.

 

“Debo reconocer que en la actualidad las que están salvando mucho el textil son las mujeres, pues son ellas quienes todavía lo usan y te puedes dar cuenta si vas a alguna reunión o concentración en cualquier estado, las que continúan yendo con sus trajes son las mujeres, los hombres ya un pantalón de mezclilla y una camisa”.