La Reina Roja falleció el 13 de noviembre de 672 d.C. y sus restos fueron depositados en la subestructura conocida como Templo XIII, junto al Templo de las Inscripciones.

 

El ajuar de la gobernante maya de Palenque, Ixik Tz’aka’ab Ajaw o mejor conocida como la Reina Roja, tiene un lugar permanente en el Museo de Sitio Alberto Ruz L'huiller, es decir, su máscara de 116 piezas, su tocado de minerales preciosos y su capa propia de la realeza se exhiben en el Pabellón de la Reina Roja inaugurado ayer en una ceremonia encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

 

Desde el espacio cultural adyacente a la zona arqueológica de Palenque, Chiapas, el mandatario expresó que “hay hombres y mujeres que no se mueren, nada más cierran los ojos y se quedan velando y siguen gobernando con su ejemplo. Así es el caso de la Reina Roja”.

 

En la inauguración, López Obrador recordó que Palenque fue un lugar atractivo para los viajeros, tal fue el caso del escritor Graham Greene y del guerrillero Ernesto Che Guevara.

 

“Es importante recordar que el museo de sitio en la zona arqueológica lo montó el maestro Carlos Pellicer, lo contrató Alberto Ruz y aquí estuvieron viviendo en el campamento de la zona arqueológica para recuperar esto que también fue visitado en su momento por el Che Guevara, antes de acompañar a Fidel Castro y a otros revolucionarios para ir a Cuba en el Granma. El Che aquí escribió un poema y dice que Palenque es el joyal de América”, narró.

 

Durante el acto, la secretaria de cultura, Alejandra Frausto Guerrero, señaló que el Pabellón será la casa de la Reina Roja Ixik Tz’aka’ab Ajaw, la reina “que será símbolo ancestral de la mujer contemporánea, como lo fue en su momento de la cultura maya”.

 

La funcionaria recordó que no es el único lugar donde se encuentran espacios prehispánicos dedicados a la mujer. “Tenemos, por ejemplo, Xochitécatl, en Tlaxcala, frente a Cacaxtla, un sitio que está justamente alineado con La Malinche e Iztaccíhuatl, todas las figurillas que se han encontrado y las representaciones en este espacio son femeninas, son las protectoras de la vida, son las generadoras de la fertilidad”.

 

También mencionó el monolito prehispánico de una mujer joven recién descubierto en la Huasteca veracruzana, a principios de este año; así como la escultura mexica de la Coatlicue.

 

“La Reina Roja será inspiración y símbolo para las niñas, jóvenes y mujeres mayas de hoy, pero también para las ayuujk, nahuas, chichimecas, hñähñu, zapotecas, yaquis, paipai, totonacas, amuzgas y afromexicanas; para las poetas, las artesanas, las pintoras, las maestras y campesinas, para las mujeres de México, soberanas”, indicó.

 

El director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández, explicó que el descubrimiento de la tumba de la Reina Roja sucedió en 1994.

 

“Se determinó que se trataba de un entierro femenino, con recubrimiento en cinabrio de color rojo intenso, por ello, se le conoció como Reina Roja; ahora se sabe que su nombre es Ixik Tz’aka’ab Ajaw, a quien las evidencias señalan como consorte de Pakal El Grande, el gobernante más importante de la ciudad entre los años 615 y 683 d.C.”, explicó.

 

Según fuentes epigráficas, agregó Prieto Hernández, la Reina Roja falleció el 13 de noviembre de 672 d.C. y sus restos fueron depositados en la subestructura conocida como Templo XIII, junto al Templo de las Inscripciones, donde 11 años después, sería inhumado Pakal El Grande, el 28 de agosto de 683 d.C.

 

Durante el recorrido por el Pabellón, el arqueólogo Arnoldo González Cruz detalló a los funcionarios que la reina fue sepultada con un tocado formado por 103 teselas hechas principalmente de un mineral conocido como onfacita, 11 de concha y 37 de caliza finamente talladas que representan al “dios narigudo”, probablemente, Chaac.

 

Debajo del tocado la Reina Roja tiene una diadema doble constituida por pequeños discos, un collar y dos orejeras. Respecto a la máscara, González Cruz dijo que consta de 116 piezas, de las cuales, 110 son teselas de malaquita, dos de obsidiana y cuatro de jadeíta blanca.

 

Otra elemento del ajuar de la gobernante maya es una capa tejida colocada sobre su tórax, k´ub, decorada con más de 170 pequeños discos de jadeíta, onfacita y albita, rematando en la parte central inferior por un pequeño rosetón, complementado con una pequeña cabeza de mono.