La felicidad es uno de los deseos más preciados por los seres humanos. Pero ¿cómo se puede medir nuestro nivel de satisfacción con la vida?

 

La felicidad se manifiesta de múltiples formas para cada persona. Y además, este estado emocional se caracteriza no solo por ser positivo, sino también subjetivo. Y es que, podríamos reconocer cuándo nos sentimos felices y cuándo no. Pero ¿hay alguna forma de medir nuestra propia felicidad?

 

A lo largo de los años, los investigadores han desarrollado diversas herramientas y métodos para intentar cuantificar y comprender la felicidad desde una perspectiva científica. Por ejemplo, los psicólogos encontraron que se puede medir a través de cuestionarios de autoevaluación.

 

Estas pruebas pretenden orientar nuestro camino hacia una vida más satisfactoria y calificar nuestro nivel de bienestar subjetivo (la felicidad), en función de una serie de parámetros.

 

Además, intentar mejorar la felicidad es importante, ya que, según los expertos, las personas felices están más preparadas para afrontar los retos de la vida y adoptar estilos de vida saludables.

 

Por ello, las instituciones valoran cada vez más la importancia de la salud mental y la satisfacción de la gente con su vida. No en vano, el reconocimiento generalizado de la relevancia que tiene la felicidad para el bienestar ha llevado a la comunidad científica a prestar más atención a los predictores o herramientas para medir este estado emocional.

 

Por ejemplo, el test de felicidad del científico Martin Seligman (también conocido como Inventario de Felicidad Auténtica) es una herramienta diseñada para evaluar diferentes aspectos del bienestar subjetivo y la felicidad en las personas.

 

Martin Seligman, a menudo considerado como el padre de la psicología positiva, propuso inicialmente que la felicidad podría analizarse en tres elementos: emoción positiva, compromiso y significado. Posteriormente, amplió su teoría del bienestar para incluir dos elementos adicionales, dando lugar al modelo PERMA: emociones positivas, compromiso, relaciones positivas, significado y logro.

 

La historia de esta herramienta se remonta a la colaboración entre Seligman y Chris Peterson, quienes reconocieron la necesidad de medir la felicidad y el bienestar subjetivo. Juntos, desarrollaron el Inventario de Felicidad Auténtica para evaluar el cambio en la felicidad y el bienestar subjetivo después de intervenciones de psicología positiva.

 

El test se administra a través del sitio web de Authentic Happiness de la Universidad de Pensilvania (EE UU), donde los usuarios pueden seleccionar los enunciados que mejor reflejen su estado de felicidad en diferentes aspectos de la vida. Aunque el test no calcula una puntuación específica de felicidad, proporciona información sobre cómo se comparan los resultados del usuario con otros individuos y grupos demográficos.

 

Por ejemplo, Peterson, Seligman y sus colegas se dieron cuenta de que “los individuos satisfechos manifiestan una mayor satisfacción con la vida a través del 'significado', el 'placer' y el 'compromiso'”. Según los investigadores, a través de la medición de tales factores, es posible proporcionar una evaluación subjetiva de la felicidad.

 

Precisamente, según los expertos, la necesidad de crecer como persona o de relacionarse con los demás se ha transmitido como parte de nuestro legado evolutivo, convirtiéndose en universales a través de individuos, grupos y culturas.

 

Por eso, al medir tales necesidades psicológicas, se puede puntuar la felicidad de un individuo y compararla con otras. Al mismo tiempo, los psicólogos se pueden hacer una idea del nivel de bienestar subjetivo en diferentes momentos para identificar cambios a lo largo del tiempo.

 

Buscar la felicidad

“La gente suele pensar, por razones comprensibles, que la verdadera felicidad está fuera de su alcance porque hay muchas cosas que no puede evitar y que están grabadas en piedra”, tal y como aseguraban en 2023 Robert Waldinger y Marc Schulz, autores de uno de los mayores estudios globales de felicidad.

 

De hecho, los datos lo demuestran. Por ejemplo, dedicarse a establecer relaciones profundas y significativas y centrarse en emociones positivas, como la gratitud, puede aumentar nuestra felicidad a corto plazo y a lo largo de toda la vida, como alegan estos científicos.

 

Sin embargo, “saber que esos cambios son posibles y están demostrados por la ciencia nos da esperanza a todos”, en palabras de Jeremy Sutton, investigador en la Universidad de Ulster (Irlanda del Norte).

 

La búsqueda de la felicidad se ha convertido en un rasgo distintivo de los seres humanos. Por eso, no es de extrañar que hayan surgido numerosos esfuerzos a nivel global para medir los niveles de felicidad en todo el mundo.

 

Según el último Índice Global de Felicidad elaborado por Naciones Unidas, Finlandia es (por sexto año consecutivo) el país más feliz del mundo, seguido de Dinamarca e Islandia. España se coloca actualmente en el puesto 32. En cambio, en los últimos puestos de la tabla se encuentran Afganistán, Líbano o Sierra Leona, con los niveles más bajos.

 

Referencias:

Seligman, M. E.. 'Authentic happiness: Using the new positive psychology to realize your potential for lasting fulfillment'. Nicholas Brealey (2011)

Seligman, M. E. 'The hope circuit: A psychologist’s journey from helplessness to optimism'. Nicholas Brealey (2019)

Waldinger, R. J., & Schulz, M. S. 'The good life: Lessons from the world’s longest scientific study of happiness'. Simon & Schuster (2023)

United Nations. 'World Happiness Report' (2023)