Los ataques de pánico se acompañan de diferentes manifestaciones físicas y suelen desaparecer en minutos o, más raramente, en horas.
Un repentino e intenso miedo acompañado de reacciones físicas graves sin que haya peligro real o causa aparente. De esa manera podemos definir a los ataques de pánico, también llamados crisis de angustia, los cuales se centran en una palabra incómoda para toda persona: miedo.
Quienes se enfrentan a un ataque de pánico, pueden sentir que pierden el control, que tienen un ataque cardíaco o, incluso, que van a morir. Hay personas que pueden padecer uno de estos ataques una sola vez en su vida. Por otro lado, hay quienes los padecen de forma más o menos frecuente y, por lo tanto, viven de manera permanente con el miedo a que les ocurra.
¿Por qué se presentan los ataques de pánico?
A ciencia cierta, se desconoce la causa de los ataques de pánico. Los médicos y expertos en salud mental afirman que puede ser por alguna de las siguientes causas:
Genética.
Alto nivel de estrés.
Carácter sensible al estrés y proclive a las emociones negativas.
Cambios en la manera en que funcionan las partes del cerebro.
Asimismo, algunas investigaciones sugieren que la reacción natural de nuestro cuerpo de luchar o huir ante el peligro está relacionada con los ataques de pánico. Por ejemplo, si un animal te persiguiera, tu cuerpo reaccionaría de forma: la frecuencia cardiaca y la respiración se acelerarían, ya que tu cuerpo se prepara para una situación potencialmente fatal.
Realmente se desconoce por qué ocurren los ataques de pánico cuando no hay un peligro evidente. También es importante señalar que el trastorno de angustia es más frecuente en familiares cercanos. Se cree que entre un 30 a un 50% de los hermanos gemelos de un paciente con trastorno de angustia tienen también la enfermedad.
Cuánto duran los ataques de pánico
Los ataques de pánico se acompañan de diferentes manifestaciones físicas y suelen desaparecer en minutos o, más raramente, en horas. Se calcula que entre 1 y 3 personas de cada 100 presentarán algún ataque de pánico a lo largo de su vida.
Cómo se manifiesta un ataque de pánico
Suelen presentarse uno o varios de los siguientes síntomas:
Taquicardia y palpitaciones
Sudor
Temblores o sacudidas
Falta de aliento u opresión en la garganta
Escalofríos
Sofocos
Náuseas
Sensación de peligro o fatalidad inminente
Miedo a perder el control
Miedo a morir
Calambres abdominales
Dolor en el pecho
Dolor de cabeza
Mareos, sensación de desvanecimiento o desmayos
Sensación de entumecimiento u hormigueo
Sentimientos de irrealidad o desconexión
Clasificación
Los expertos en salud mental han propuesto tres tipos para diferenciar los ataques de pánico.
Crisis espontáneas o inesperadas. Aparecen sin asociarse con ningún desencadenante inmediato o algún antecedente. Estas crisis definirán la existencia de un trastorno de angustia.
Crisis desencadenadas por determinadas situaciones. Aparecen después de la exposición a un estímulo o desencadenante. El inicio de estas crisis suele ser progresivo en función de la aproximación y/o premonición del estimulo fóbico.
Crisis predispuestas por situaciones. Aparecen durante la exposición a un desencadenante ambiental, aunque no se asocian siempre con dicha situación. Estas crisis serian características de la agorafobia, por ejemplo.