El caos de gobierno que se vive en Nuevo León, es un laboratorio para probar hasta donde pueden manipularse las próximas elecciones presidenciales 2024, para nadie es un secreto que Samuel García, viene operando para el presidente AMLO desde que tomo posesión como gobernador de Nuevo León, el monumental y multimillonario expediente fiscal y financiero del gobernante y de las familias García Mascaro, y García Sepúlveda, lo convirtieron en un rehén del inquilino de Palacio nacional.

 

Pablo Gómez como titular de la UIF, sabe muy bien de lo que hablamos y del descomunal monto de lo que la familia del gobernador tiene en juego, por eso Samuel García, no vaciló en rentarse como juguete presidencial para restarle votos a la candidata del Frente Amplio Opositor, sus servicios serian ampliamente recompensados con un certificado de inmunidad y una posición de privilegio en el próximo gobierno, de ahí sus reuniones en los oscurito con Claudia Sheinbaum, su opositora, pero el guion original de la trama se salió de control porque al político le encanta la provocación, la improvisación y se ufana de ser un divo, presumiendo que con sus tres doctorados se las sabe de todas a todas.

 

Hoy, derrapó y se dio de frente, digan lo que digan sus dueños el presidente AMLO, primero y Dante Delgado después ninguno de los dos fue avisado del regreso de Samuel a la gubernatura de Nuevo León, con el suficiente tiempo para negociar, egocéntrico y autosuficiente cómo es Samuel García, solo pensó en salvar su espalda del golpe jurídico que le da la suprema corte al reconocer como gobernador interino a Luis Enrique Orozco y no a su incondicional Javier Navarro, una hora antes de la decisión Samuel García, juraba en un vídeo que tenía todo bajo control que Navarro sería el interino y que él se iría feliz a la campaña presidencial, nada de eso fue cierto ni tenía todo bajo control ni navarro fue su remplazo ni se fue a la carrera presidencial, solo sesenta minutos fueron suficientes para dar un giro de 180 grados al plan que no fue comunicado a tiempo con quien debería haberlo hecho.

 

La prioridad para que Samuel García decidiera abandonar su sueño 2024, y volviera a la silla de gobernador fue su urgencia de cubrirse a sí, la espalda mismo para que nadie mucho menos un vice fiscal fuera a buscar entre todas las licitaciones, entre todas las compras que se han hecho en el gobierno (naranja o mandarina) algún temor tendría para que dejará tirado el sueño presidencial para regresar de la madriguera de donde salió.

 

Pero en Nuevo León, continua el debate si con su simple aviso podía retomar la silla estatal esta al aire o si tenía que esperar el protocolo del congreso para reasumir el cargo, cualquier acción que haya ordenado el sábado y el domingo ninguneando al gobernador interino legítimo, Luis Enrique Orozco califica como usurpación de funciones y se sumaría a las acusaciones de sedición por el envío de sus tropas naranjas a violentar el Congreso Local.

 

¿podría haber cárcel para Samuel García y corresponsables? Las lecciones que va dejando este episodio político tan lamentable es que Nuevo León, fue convertido en un laboratorio para probar las fronteras de la elección presidencial 2024 medir hasta donde se puede estirar la liga sin que se reviente.

 

Para orgullo nuestro la fuerza de la Suprema Corte, entro en acción al frenar lo que sería a todas luces una intentona golpista, frustro el capricho del locuaz gobernador, por eso el presidente López obrador, insiste en renovar como candidatas incondicionales el máximo organismo para defender el estado de derecho porque si le repiten en el año 2024, una receta como el revés a Samuel García.

 

Su guion original estaría en peligro con Samuel García, el irreverente perdió no midió sus ambiciones, eso pudiese pasar el próximo año 2024, pero a todo esto de moles tiempo al tiempo.