Pocos son los líderes aprenden en cabeza ajena, cada uno se siente muy inteligente, elegido infalible para hacer y deshacer pero una mala acción los puede arrastrarnos a un repudio generalizado de gran calado y consecuencias, lo vimos el 30 de agosto del 2005 cuando el poderoso huracán Katrina azotó a Nueva Orleans y la pobrísima respuesta del entonces también presidente George W, Bush, se concretó a sobrevolar la zona del desastre y ver desde el aire el drama, no se manchó los zapatos, ningún contacto con los damnificados eso le costó a Bush hijo el repudio generalizado de los norteamericanos que en protesta le desplomaron sus índices de popularidad fue el peor momento de su gobierno después del drama del 11 de septiembre.

 

Viene todo esto a la memoria de la cual el mismo Bush hijo confeso años después de que fue su gran error para traerla al desastre que dejo el huracán OTIS tan devastador como Katrina y que hizo de Acapulco un desastre comparable al de Nueva Orleans, y fue inevitable traer al presente el ejemplo de Bush hijo para compararlo con Andrés Manuel, quién también se dedicó a ver el drama desde lejos, sus zapatos se enlodaron por el estancamiento del auto que lo transportaba, no por recorrer las colonias del puerto con decenas de miles de damnificados la crítica por esa insensibilidad no se hizo esperar en medios y redes sociales y al inquilino de ´Palacio Nacional solo se le ocurrió grabar el sábado pasado un vídeo mensaje de escasos 25 minutos.

 

 Y ese mensaje arranco mal cuando el Presidente López obrador, dijo que es importante que ustedes los guerrerenses conozcan lo que sucedió y lo que estamos haciendo, ¿De verdad cree el mandatario que él va saber más de lo que paso en Guerrero, sentado en la silla del águila desde Palacio Nacional, que vivirlo en carne propia? ¿Quién sabrá más del drama de OTIS, el Presidente o los miles de qué hoy duermen a la intemperie?

 

 El mayor drama en la post tragedia es la tiranía que se estableció en la distribución de víveres y apoyos a los damnificados nadie fuera del gobierno de la 4t puede repartir despensa o entregar la ayuda que se hizo en centros de acopio civiles, los dramáticos testimonios abundan en redes sociales, el Inquilino de Palacio Nacional debe tener pánico de que se le repita el desbordamiento social que sobrevino al terremoto de 1985 en la Ciudad de México su antecesor Miguel de la Madrid, se fue de la presidencia con esa sombra a cuestas rebasado por una sociedad civil que fue más organizada que el gobierno federal superar las cosas, y eso terminará sucediendo en Acapulco.

 

El año electoral que viene y la impotencia de los ciudadanos acabará por reflejarse en las urnas, ¿Por qué no quieren que los civiles entren libremente por Acapulco a ayudar? ¿Para qué no tomen videos del drama de la población abandonada? ¿Para qué se exhiban los escasos elementos de la Guardia Nacional que están impotentes frente al saqueo de lo que ya estaba en las súper tiendas y también de lo que está llegando y que no lo acaban de bajar del tráiler que lo transporta y ya lo están robando? Se tiene que reconocer que al igual que en la nula alerta del meteoro que habría salvado vidas y propiciado una evacuación masiva de la población el gobierno de la 4t se ve lento y muy desorganizado al menos en estos primeros días de rescate.

 

No hablemos de la reconstrucción que no la verá el presidente AMLO antes de que deje Palacio Nacional en septiembre de 2024.