Dante Delgado abrió las puertas de par en par, a la convocatoria de M.C. para los cargos de elección popular del 2024, cualquier ciudadano con méritos podrá aspirar desde una regiduría hasta la Presidencia de la República.

 

No hará falta que el candidato o candidata sean militantes naranjas, bastará que cumplan un levantamiento de firmas, proporcionales al cargo que buscan, para que sean admitidos en la contienda.

 

El movimiento naranja hace honor a su carácter de ciudadano, ésa apertura no cayó nada bien, sobre todo en quienes ya se sentían los dueños de la candidatura presidencial, como es el caso de Samuel García.

 

El gobernador de Nuevo León interpretó la apertura de Dante Delgado como un pase a las aspiraciones del morenista Marcelo Ebrard, quien bajo estas nuevas reglas calificaría sin problemas para abanderar a M.C. en la boleta, contra la morenista Claudia Sheinbaum y contra la opositora Xóchitl Gálvez.

 

Por supuesto que, a Samuel García, precandidato no le cayó nada en gracia la noticia y lanzó una amenaza de división dentro de las filas de M.C. si el candidato presidencial no es militante naranja.

 

Diciendo que tiene sobrados apoyos para la candidatura por M.C, el mandatario neoleonés dijo: “No quiero quemar a la raza, pero sí podría darse una unidad en torno a un perfil naranja, como el mío, y podría haber división y peleas si se nombra a alguien que no es de nuestras filas”.

 

La advertencia que habría división y peleas si el candidato no es un naranja lanzaría también al golpeteo a otro aspirante el gobernador de Jalisco, en donde Enrique Alfaro, ya se habría pronunciado por el apoyo a su colega Samuel García, en un sorpresivo revire cuando apenas dos semanas antes el tapatío ya se había pronunciado por apoyar a la candidata del Frente Amplio, Xóchitl Gálvez.

 

Para el gobernador de Nuevo León y favorito del presidente AMLO para ser el candidato de M.C. su pronunciamiento es una pintada de raya para rechazar cualquier posibilidad de que Marcelo Ebrard sea el abanderado presidencial naranja.

 

En esta nueva contrapunteada entre Dante Delgado y los gobernadores naranjas pone sobre la mesa la vieja pregunta de quién de verdad manda hoy dentro de M.C.

 

Enrique Alfaro dijo que las decisiones de Jalisco para 2024 se tomarán en Jalisco, sobre todo a la hora de elegir el candidato a la gubernatura.

 

Con Samuel García, vaticinando peleas y disputas, si el candidato presidencial no es M.C. se podría cerrar el círculo de una rebelión. Pero algo debe intuir Dante Delgado, cuando ve que quien era su precandidato favorito, Samuel García, enfrenta múltiples crisis en la entidad que gobierna desde hace dos años.

 

Ahí está la severa crisis de gobernabilidad en una abierta confrontación con el PRI y el PAN, dueños de la mayoría del congreso local que debe autorizarle al gobernador el permiso para buscar la Presidencia.

 

Eso no está nada seguro. Ni qué decir de la crisis de seguridad que reinstala a Nuevo León en la punta de las estadísticas de homicidios nacionales. Dieciocho cuerpos mutilados en un solo día.

 

También, por supuesto, el drama de la falta de agua que se maneja con engaños de mercadotecnia, asegurando que el segundo ducto de El Cuchillo está listo cuando esa mentira, no es verdad.

 

Y para poner el piso más feo, ahí está también el Amparo que el gobernador promovió para protegerse él y 10 miembros de su familia, incluyendo esposa, padres y hermanos de cualquier amenaza judicial sea federal o estatal, eso que todavía no es candidato.

 

Eso que todavía no es candidato. Con tantos fuegos en la lumbre, Samuel García se vuelve un candidato fácil de atacar y vulnerable.

 

Quizás por ello Dante Delgado está tomando sus precauciones y abriendo el juego a quien cumpla con la única regla que es levantar 500 mil firmas de apoyo para la candidatura presidencial.