¿Alguien podrá rehabilitar a un octagenario enfermo de gravedad como el PAN? En su ochenta aniversario, el principal partido político de oposición enfrenta una crisis de identidad.

Era  el año de 1939 cuando México estaba gobernado por el Gral. Lázaro Cárdenas, sus ideas socialistas inquietaban a la clase empresarial y la oposición era inexistente. Fue el 15 de septiembre cuando un puñado de idealistas como Efraín Gonzales Luna, Aquiles Elordui Luis Calderón Vega, Francisco Fernández Cueto y Rafael Preciado, entre otros, fundaron el Partido Acción Nacional. No nacieron con la mejor estrella, ya que a falta de un candidato presidencial fuerte solido Manuel Gómez Morín, autorizó a los suyos a votar por el general Juan Andrew Almazán, del Partido Revolucionario de la Unificacion Nacional.

Desde su fundación y en sus primeros 40 años PAN fue una mediocre oposición que acaso ganada una alcaldía o diputación. Trágico fue que en su primera oportunidad de desafiar a Echeverría, Los empresarios pactaron la retirada de Pablo Emilio Madero como su candidato presidencial, López Portillo se fue solo como candidato único.

Solo el heroísmo de Luis Alvarez y de Francisco Barrio en la resistencia de Chihuahua, en el sexenio de la Madrid prendio  la flama de que algún día algo se podría hacer para derrotar al PRI gobierno. En 1988 con Manuel Clouthier, el PAN se renovó para ponerle un alto a un PRI hundido por Echeverría, López Portillo y de la Madrid. Aunque no resultaron derrotaron oficialmente a Carlos Salinas y  entendieron que los tiempos habían cambiado.

En 1989 el PAN se abrió pasó con Ernesto Ruffo Appel para ganar su primera gubernatura en Baja California, a partir de ahí los nombres de Carlos Medina, Francisco Barrio, Vicente Fox, Eugenio Elordui y Fernando Canales, entre otros, le dieron forma a un poderoso frente que desafía al PRI. Y gracias a solidez de principios y a la estructura que le forjó Carlos Castillo Peraza, el último ideólogo albiazul, el PAN se enfiló en el 2000 bajo la presidencia de Luis Felipe Bravo Mena a consumar su primer asalto al poder, Vicente Fox se alzó como el gran caudillo azul, como el irreverente vaquero que acabaría  con las alimañas del PRI.

Pero acabó traicionando su esencia claudicando sus principios y secuestrado por su debilidad ante la Señora Martha, una tepocata más. Desesperado por retener la silla presidencial Fox pactó lo  indecible con el Tucom anti Madrazo y con Elba Esther Gordillo, y juntos instalaron al  “haiga sido como haiga sido” a Felipe Calderón en la presidencia. El PRIAN vivió su parto, pero el hijo de Don Luis Calderón renegó al idealismo de su padre y desmanteló lo que costó siete décadas edificar, la venta de su alma al PRI en el 2006 se le facturó de regreso en 2012 con una traición a Josefina Vázquez Mota. Fox y Calderón acabaron respaldando a Peña Nieto, dejaron se ser oposición y acabaron siendo cómplices del corrupto sistema los números no mienten.

En la cúspide de la esperanza azul en el 2000 con el 42% de los votos para Fox, el PAN alcanzó 211 diputados y 151 senadores, récord. Con Calderón se cayeron del al 36% de los votos con 206 diputados que a la mitad del sexenio solo retuvieron 143 y de los senadores cayeron de 52 en 2006 al 38 al 2009. Con el pacto del PRI en 2012 apenas lograron 114 curules que a mitad de sexenio se volvieron 109. Y de los escaños en el  senado cayeron de 52 a sólo 38.

Pero lo peor estaba por venir en el 2018 desenmascaradas las traiciones de Fox y Calderón Los números se desplomaron a solo 81 diputados y 23 senadores que ostentan hoy, fue da debacle.

Morena con menos de 5 años a cuestas los aplastó al PRANI, juntos albiazules y tricolores no alcanzaron los votos de López Obrador, por esta vez que celebran 80 años del PAN, vale la pena preguntarse ¿en dónde están aquellos ideales forjados por González Luna, Gomez Morín, Preciado, Castillo Peraza, Luis H. Álvarez, Bravo Mena y el Maquio Clouthier, La dolorosa respuesta es: traicionado con Fox embriagado de amor, pactando su sobrevivencia política, con Calderón embriagado de alcohol hinchado de soberbia, bañado en sangre y fundando un nuevo partido politico para consumar el parricidio político del partido politico que un día fundó su padre.

¿Alguien de sus militantes  podría revivir a un octogenario enfermo de gravedad como el PAN y prepararlo como oposición real para las próximas elecciones federales?

 

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