MORELIA, Michoacán, 15 de junio de 2022.- Al reunirse con integrantes de los diferentes pueblos originarios de Michoacán, el director del Centro para el Futuro de las Ciudades del Tecnológico de Monterrey, Enrique de la Madrid, afirmó que, para lograr un México más justo y próspero, es indispensable impulsar el desarrollo económico sustentable de las comunidades indígenas.

 

El experto en políticas públicas del ITESM reiteró que el reto para nuestro país en esta materia está no sólo en incorporar a este sector de la población en los grandes cambios que se avecinan, sino crear las condiciones para que las más de 16 millones de personas que forman parte de los 68 grupos étnicos que hay en México tengan la oportunidad de aspirar a un desarrollo basado en tres grandes rubros: seguridad, promoción turística y sustentabilidad.

 

Durante un encuentro con la mesa directiva del Consejo Regional Indígena del Lago de Pátzcuaro, encabezada por su presidente, Pedro Gabriel Reyes, y como secretario Leovigildo Bartolo Ramos, De la Madrid Cordero escuchó de los representantes del pueblo Purépecha la urgente necesidad de preservar el Lago de Pátzcuaro, ya que muchas comunidades locales dependen de las actividades productivas de esta región lacustre como la pesca, la agricultura y el turismo.

 

Ante ello, el ex titular de la Secretaría de Turismo del Gobierno Federal asumió ante los representantes de dicho Consejo Regional Indígena el compromiso de trabajar en conjunto para lograr el saneamiento de las aguas residuales, alcanzar la transición a energías renovables, impulsar la agricultura orgánica y promocionar la industria turística local.

 

Enrique de la Madrid destacó que tan solo en Michoacán hay 425 mil personas de diferentes pueblos originarios que representan a casi el 15% de la población, lo que implica generar estrategias y políticas públicas para atender temas como la contaminación del agua por agroquímicos y los cambios de usos de suelo, que, a decir de las comunidades locales, son los mayores problemas que afectan las principales fuentes de ingreso de los habitantes de la zona.

 

Pedro Gabriel Reyes expuso que desde la cosmovisión purépecha “nacemos al amparo de la naturaleza, por lo que la educación sobre conocimientos ancestrales y la memoria histórica son parte fundamental de nuestra cultura”.

 

En este sentido, dijo que “las empresas y los grandes productores únicamente utilizan a los indígenas como mano de obra. Nos rentan una hectárea de tierra… y nos hacen firmar contratos por 10 años, abusando de la necesidad y aprovechándose de nosotros”.

 

Al respecto, el director del Centro para el Futuro de las Ciudades del Tecnológico de Monterrey coincidió en que no solamente se deben atender los reclamos de las comunidades indígenas, sino que “tenemos que cuidar el medio ambiente, tenemos que cuidar nuestros bosques, tenemos que cuidar nuestros lagos, porque el cambio climático es un problema y la otra, porque es uno de los atractivos turísticos más importantes que generan economías en las comunidades indígenas del país”.

 

De la Madrid Cordero reiteró que en México “nos debemos convertir en verdaderos agentes de innovación con respecto al cambio climático, y debemos de ser los principales promotores de la sustentabilidad y del cuidado del medio ambiente, y nuestro turismo, tiene que ser sustentable”.

 

Para el ex funcionario federal, el reto para apoyar el impulso de los pueblos originarios se base en 3 temas fundamentales: primero, crear las condiciones de seguridad para que tanto las comunidades locales como sus visitantes tengan garantizada su integridad física y su patrimonio; segundo, difundir tanto a nivel nacional como internacional los destinos turísticos asentados en regiones indígenas y, tercero, lograr su desarrollo sustentable “porque el mundo cada vez se va a fijar más en viajar a lugares que están siendo respetuosos del medio ambiente”.

 

De la Madrid consideró que se trata de un trabajo en el que deben coordinarse las autoridades de los tres niveles de gobierno, las comunidades indígenas, la iniciativa privada, el sector académico y la sociedad civil.

 

Para De la Madrid, el turismo es un sector donde competimos contra otros países y también al interior del nuestro para llamar la atención de mexicanos. “Es un tema donde estamos compitiendo. No todo el mundo tiene las fortalezas que tiene Michoacán en lo cultural, en lo gastronómico, en lo histórico”, expresó. 

 

Por lo tanto, aseguró que, si bien hay avances importantes en la materia en los últimos años, y que se está recuperando después de la pandemia por el coronavirus, “es un sector que no se debe soltar pues de él dependen millones de personas y miles de familias y su crecimiento dependerá de una buena coordinación en lo local, en la promoción del turismo y con certidumbre en materia de seguridad ciudadana.

 

Enrique de la Madrid también se reunió con el Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET) capítulo Michoacán, encabezado por Agustín Arriaga Diez, para impartir la conferencia denominada “México: retos y oportunidades”. Ante un público integrado por empresarios, servidores públicos, turisteros y legisladores, principalmente, el ex secretario de turismo advirtió que, independientemente de filias o fobias partidistas o ideológicas, él siempre estará del lado de la razón y de la ley.

 

Lo anterior luego de que le preguntaran su opinión sobre la construcción del Tren Maya en el sureste mexicano. De acuerdo con su experiencia al frente de la Sectur, De la Madrid explicó al respecto que para toda obra de esta índole es indispensable contar con el cumplimiento de la manifestación de impacto ambiental.

 

“Hasta donde se sabe, estas obras se iniciaron sin haber tenido la manifestación de impacto ambiental. Me parece una falta de respeto y además un mal ejemplo, porque el primero que debe respetar la ley es el Gobierno. Hicieron este `decretazo´ donde quisieron eximir al gobierno federal de tener que cumplir con esos requisitos que nos los hemos ido dando los mexicanos para proteger el medio ambiente, para eso es”, apuntó.

 

Finalmente opinó que los ambientalistas que expresaron su desacuerdo sobre la forma en que se está realizando el proyecto tienen muchas razones para estar preocupados. Primero porque no se ha cumplido con el estudio de impacto ambiental, segundo porque se ha alterado dramáticamente el medio ambiente local, tercero porque no existen las condiciones geológicas para erigir una obra de esta magnitud, cuarto porque no se sabe dónde quedaron los árboles que quitaron y quinto porque no tomaron en cuenta a los pueblos originarios de dicha región.

 

“A mí me parece que, independientemente de que el proyecto sea viable o no, nunca han podido explicarnos su rentabilidad financiera y social. Ahí sí lo claro es que el tema del medio ambiente pues como que no es el fuerte de este gobierno”, concluyó.