El tema cultural es el principal factor que limita las oportunidades profesionales entre las mujeres poblanas, explicaron especialistas

 

https://www.elsoldepuebla.com.mx/finanzas/gm5sx8-puebla-uno-de-los-5-estados-que-menos-aprovecha-el-talento-femenino-en-el-mercado-laboral/alternates/LANDSCAPE_768/Puebla,%20uno%20de%20los%205%20estados%20que%20menos%20aprovecha%20el%20talento%20femenino%20en%20el%20mercado%20laboral(Javier Zambrano) Puebla es uno de los cinco estados de la República Mexicana que menos aprovecha el talento femenino en el mercado laboral, pues de las 2 millones 932 mil 305 personas económicamente activas, solo el 39 por ciento, es decir, un millón 163 mil 185 son mujeres, de acuerdo con el estudio “Lupa de Genero 2023” del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

 

En este sentido, especialistas de la UPAEP y de la BUAP refieren que el tema cultural es el principal factor que limita las oportunidades profesionales entre las mujeres poblanas, pues siguen presentes estereotipos que las colocan únicamente en tareas del hogar o en actividades poco productivas y remuneradoras.

 

Por ello, propusieron una serie de acciones para erradicar el problema, como lo es diseñar políticas locales con perspectiva de género e incentivar ambientes laborales más inclusivos.

 

El estudio del IMCO da a conocer que en la entidad los hombres cubren el 61 por ciento de los puestos laborales, es decir, hay un millón 769 mil 120 trabajadores; mientras que las mujeres solo son el 39 por ciento, con un millón 163 mil 185.

 

Esta cifra de personas del sexo femenino económicamente activas, superó únicamente lo reportado en los estados de Guanajuato, Veracruz, Zacatecas y Oaxaca, quienes estuvieron por debajo del 38 por ciento.

 

“En México se desaprovecha el talento femenino, las mujeres siguen subrepresentadas en el mercado laboral (…) Los lugares antes mencionados son los que tienen la menor capacidad para atraer y retener el talento”, refirió el instituto.

 

Por si fuera poco, se expuso que la mayoría de las mujeres que tienen una participación económica en la sociedad poblana, son víctimas de diferentes injusticias y desigualdades en sus áreas de trabajo.

 

Como ejemplo, del millón 163 mil 185 trabajadoras poblanas, el 68.6 por ciento está en el sector informal, es decir, donde no se otorgan prestaciones de ley como aguinaldo, vacaciones, seguridad social ni crédito para vivienda.

 

Asimismo, el 51.5 por ciento está en pobreza laboral, es decir, que percibe un ingreso mensual inferior al costo de la canasta básica, por lo que no pueden alimentarse de manera correcta.

 

Además, el 21.7 por ciento realiza jornadas laborales que superan las 48 horas semanales, y el 0.54 por ciento, son víctimas de discriminación y desigualdad en los centros de trabajo.

Un tema cultural, la causa

 

Anselmo Chávez Capó, profesor de la Licenciatura en Administración Financiera y Bursátil de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), refiere que el tema cultural es el principal factor que limita las oportunidades profesionales entre las mujeres poblanas, pues siguen presentes estereotipos que las colocan únicamente en tareas del hogar o en actividades poco productivas y remuneradoras.

 

“Todo este problema está relacionado directamente con un tema cultural y el rol de género que se le ha impuesto a la mujer por muchos años. Se ha dicho que ellas solo se deben dedicarse al hogar y eso las limita mucho”, expresó.

 

Aunque reconoció que esta situación ha ido cambiando con el paso del tiempo, dejó en claro que el problema no se ha terminado, ya que las mujeres que han decidido tener un papel activo económicamente, la mayoría se enfoca a temas poco productivos y remunerados para que les de tiempo de atender sus responsabilidades del hogar.

 

Puso el ejemplo de trabajos como la enfermería, docencia, o todo lo relacionado con el comercio y servicios, pues son actividades flexibles, pero con pocos ingresos y prestaciones.

 

“Son oficios que les toca aceptar como consecuencia de las limitaciones que se les ha impuesto como mujer, es decir, muchas personas del sexo femenino ya trabajan, pero lo hacen en actividades que no les demande mucho tiempo para poder seguir atendiendo sus hogares”, declaró.

Políticas con perspectiva de género, una de las soluciones al problema

 

Ante este panorama, Juan Alberto Vázquez Muñoz, profesor de la facultad de Economía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), propuso una serie de recomendaciones para mejorar las condiciones laborales de las mujeres a nivel nacional, pero principalmente en las entidades peores evaluadas, como es el caso de la entidad poblana.

 

Su primera acción inicia desde el tema escolar, pues explica que desde ahí se le debe explicar, enseñar y concientizar a las personas a que todos tienen los mismos derechos y oportunidades.

 

Después dijo que es relevante que se generen políticas con perspectivas de genero con el objetivo de que las empresas se vean obligadas a ofrecer las mismas condiciones de trabajo para hombres y mujeres.

 

Incluso, refirió que en este segundo punto es relevante que las instituciones laborales, como la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) aplique sanciones y multas en caso de detectar anomalías de este tipo en los centros laborales.

 

“Poner bajo lupa de género las fortalezas y debilidades de cada entidad representa una oportunidad para la creación de políticas públicas locales basadas en información, con el fin de generar un entorno propicio para el desarrollo laboral de las mujeres”, resaltó.

 

De igual forma propuso generar y transparentar datos sobre la participación económica de las mujeres en todos los niveles jerárquicos; promover la preparación de mujeres en áreas donde están subrepresentadas, así como incentivar ambientes laborales más inclusivos.

 

El economista dijo que lograr un cambio en este tema puede ser benéfico para incrementar la productividad del estado y de sus respectivas empresas, lo que le permitirá convertirse en un estado más competitivo e igualitario.

 

“Cuando generas una desigualdad de este tipo, en consecuencia, hay una pérdida de productividad, pues si una mujer observa que le pagan menos, por la misma actividad, no rendirá lo mismo. Esto pasa con los hombres, si creen que por el hecho de ser hombres ganarán menor, ya no le ponen el mismo empeño a las cosas”, concluyó.