En 1847 se le cambió el nombre a Teziutlán de Mejía por el coronel cubano José Antonio Mejía

 

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De acuerdo con la historia de este municipio, fue en 1847 cuando le fue cambiado el nombre, pasando a ser nombrada Teziutlán de Mejía, por el coronel cubano José Antonio Mejía que, tenía su cuartel en esta ciudad, siendo a partir del 15 de marzo 1552, cuando fue reconocido como un nuevo poblado que con el paso de los años se convertiría en la actual.

 

Según algunos investigadores, previo a la fundación de Teziutlán, había una ocupación pretérita de hispánicos y nativo-mesoamericanos, para luego, también contabilizarse un aproximado de 150 familias de españoles, formando parte de la figura del corregimiento de Tlatlauquitepec, lugar al cual se trasladaba el tributo de la ciudad para la triple alianza, siendo hasta 1553, es decir, posterior a su fundación, cuando recibió a su primer corregidor ya como ciudad.

 

De esta manera, fue hasta el 12 de febrero de 1943, cuando el congreso del estado de Puebla aprobó el decreto que concedía un escudo de armas para Teziutlán, cuyas gestiones, dieron inicio, seis meses antes con la intervención de destacados teziutecos, entre ellos, Rafael Ávila Camacho, Luis Audirac y José Gálvez, contando con la asesoría del Instituto Nacional de Antropología e Historia y donde aparecen los glifos de Mexcalcuautla, Acateno, Chignautla y Xiutetelco.

 

Teziutlán: pensadores políticos y comida

 

Fue durante el siglo XIX que, fueron heredaron inmuebles edificados de carácter histórico, según el marco legislativo del INAH vigente y de los cuales cerca de 100 cuentan con clave de registro por dicho instituto, aunque no son la totalidad de los existentes, estos ciclos se despidieron de maneras distintas, el Siglo XIX con la llegada del ferrocarril; en tanto que el siglo XX, vio a nacer a personajes como Manuel Ávila Camacho quien jugaría un papel importante en la defensa de la soberanía, entre otros pensadores vinculados al sindicalismo como Vicente Lombardo Toledano.

 

Al paso de los años, Teziutlán, también ha ido heredando y adoptando costumbres y tradiciones, entre la que se encuentra la cultura gastronómica, como parte de la cocina poblana, entre lo que se encuentra, el mole poblano, el Chilposo, un guisado liquido con chile chipotle, carne de cerdo con verduras y los tradicionales tlayoyos que, se preparan con una masa hecha a base de alberjón, hojas de aguacate y masa de maíz; además de también ofrecer una amplia gama de frutas de temporada como duraznos, ciruelas, capulines, peras y manzanas.

 

Entre los monumentos históricos, por los que actualmente destaca Teziutlán, se encuentra, la antigua estación del ferrocarril Interoceánico, la Santa Iglesia Catedral, reconstruida en 1954 y dedicada a la Virgen de la Inmaculada Asunción, el teatro Victoria, el palacio municipal y su monumental, plaza de toros El Pinal. Asimismo, destaca el santuario de nuestra Señora del Carmen, que data del siglo XVIII, cuyos interiores, son de tipo barroco, mientras que, en su exterior, cuenta con cuatro torres que, la colocan como la segunda en su tipo en América Latina.

 

Por todo ello, Teziutlán es considerada como una ciudad prodigiosa, cuna de hombres y mujeres ilustres, cuyos ideales, han impulsado, acciones y reformas que, han influido al estado y a la nación, cuya herencia, busca ser preservada entre la población actual.