La exposición, abierta hasta el 18 de febrero en la calle de Madero número 17 del Centro Histórico, reúne 500 nacimientos con más de 3 mil 600 piezas de 216 Grandes Maestros del Arte Popular de México.

 

Una fiesta a la que llegan músicos, en donde se vende comida e incluso se organiza el jaripeo, es la descripción de cómo varias comunidades del país festejan la Navidad y son parte de las representaciones que artesanos plasman en sus obras relacionadas a las fiestas decembrinas. Algunos ejemplos de esas piezas realizadas en soportes como barro, madera, cera, cartonería, hojalata y filigrana de oro se exhiben en el Palacio de Iturbide con motivo de la exposición “Nacimientos. Arte y tradición”.

 

La muestra que estará abierta al público hasta el 18 de febrero en la calle de Madero número 17, Centro Histórico de la Ciudad de México, reúne cerca de 500 conjuntos de nacimientos conformados por más de 3 mil 600 piezas creados por 216 Grandes Maestros del Arte Popular de México, pertenecientes a la Colección Fomento Cultural Citibanamex.

 

“La gran ventaja que tiene la producción artesanal, a diferencia de la producción artística culta, es que el artesano no tiene los compromisos del artista plástico, en el afán de enriquecer las piezas y hacerlas más vistosas al público, de que tengan más posibilidades de ganar concursos, los maestros enriquecen las temáticas echando mano de todos los elementos idiosincráticos y cotidianos presentes en sus localidades”, explica Fernando Gómez, gestor de arte popular en Fomento Cultural Citibanamex.

 

Es por ello que en la muestra hay representaciones peculiares es el caso de una mujer de San Agustín Oapan, Guerrero, haciendo gorditas sobre el comal, de músicos oaxaqueños con sus instrumentos de viento e iglesias locales de Michoacán.

 

“Los artesanos siguen abrevando de las experiencias locales haciendo referencia a los pueblos, así avivan las piezas porque es la representación más allá de la Sagrada Familia y nos dan un guiño a cómo la gente experimenta esas fiestas con su debido rigor en algunos casos, con su carácter carnavalesco en otros sitios o la sobriedad que se espera dentro de la iglesia. En los artesanos siempre es característico ir más allá de lo simbólico”, indica Gómez.

 

La exposición “Nacimientos. Arte y tradición” como proyecto nació en el año 2005 y es una de las más esperadas de fin de año

 

En un recorrido hecho por Crónica, la muestra inicia con un conjunto de piezas de San Agustín Oapan, en la Sierra Norte de Guerrero. El gestor cultural explica que en dicha localidad la principal actividad económica es la creación de piezas artesanales, modeladas a mano y adornarlas en engobes café y rojo.

 

Después, se muestra el trabajo de San Miguel Aguazuelos, Veracruz, donde el 90 por ciento de los alfareros son mujeres. “Hay muchas tradiciones artesanales que, pese a que pueden ser mixtas, en otros casos son privativas de las mujeres donde ellas se han convertido en líderes del lugar y en el núcleo del sustento”, agrega Gómez.

 

 

Los artesanos siguen abrevando de las experiencias locales haciendo referencia a los pueblos, así avivan las piezas porque es la representación más allá de la Sagrada Familia, dice Fernando Gómez, gestor de arte popular en Fomento Cultural Citibanamex. Adrián Contreras

 

ÁRBOLES DE LA VIDA

Una de las secciones donde los visitantes se detienen mayor tiempo es en la de árboles de la vida, los cuales evidencian la destreza de artesanos de Metepec, Estado de México, e Izúcar de Matamoros, Puebla, por la cantidad de detalles y escenificaciones, tanto religiosas como de la vida cotidiana, que les agregan.

 

“En sus inicios eran piezas relativamente sencillas, curiosamente la población que fue más conocida por hacer árboles de la vida fue Izúcar de Matamoros, porque el árbol de Metepec se trabajaba como una pieza pequeña, como parte de los nacimientos y en donde aparecía Adán y Eva con la serpiente bajando del tronco”, narra Gómez.

 

A partir de los años 40 del siglo pasado cuando surgieron los concursos oficiales como una forma de apoyo al arte popular, fue el momento en que los artesanos de Metepec e Izúcar estrecharon lazos combinando sus técnicas. Además, quienes también influyeron en la modificación de sus creaciones fueron los artistas plásticos de la época: Diego Rivera, Frida Kahlo y Miguel Covarrubias.

 

“Eran influyentes en las decisiones que tomaban los artesanos en sus piezas. Se sabe que Diego Rivera visitó varias veces a Modesta Fernández, una de las grandes maestras artesanas, le habló sobre la existencia de los árboles de la vida, le dijo que por qué no empezaba a hacer algo así, ella experimentó y en los años 50 del siglo pasado estas obras comenzaron a hacerse más complejas”, comenta el gestor.

 

Fue en los años 90 cuando los detalles en los árboles de la vida se sofisticaron y cuando se crearon los concursos de árboles miniatura, influyendo en su diseño.

 

Otro apartado de la exposición que Gómez resalta es el dedicado a Irma García Blanco, hija de Teodora Blanco, maestra de la primera mitad del siglo XX que captó la atención de Nelson Rockefeller. En esa sección se aprecian figuras de mujeres de gran formato y vasijas adornadas en su interior a partir de la técnica del pastillaje, una alternativa de ornato que se trabaja con barro natural desde tiempos prehispánicos.

 

“La presencia de la mujer es importante en la obra de Irma, las únicas piezas masculinas que le he visto son a San José y los Reyes Magos. Las figuras femeninas son mujeres con huipiles zapotecos y tienen animales en la cabeza, a esas muñecas se les llaman tonas, es decir, el día que nace el niño, el padre sale de casa y busca un animal y el primero que encuentra es la tona que va a cuidar al niño”, detalla el gestor cultural.

 

 

RECUPERACIÓN DE TÉCNICAS

Entre la diversidad de soportes de los nacimientos expuestos, algunos utilizan maderas o ceras que combinan aplicaciones virreinales, es el caso de los retablos dorados que trabajan en Guanajuato, Michoacán y Ciudad de México.

 

“Tenemos maestros que han recuperado el trabajo de las figuras doradas y encarnadas, común del periodo virreinal que recuerda a los retablos barrocos. Son piezas con aplicación de lámina de oro y piezas embutidas. La pieza se talla primero, se blanquea, se le coloca lámina de oro y encima se pinta, entonces el oro queda cubierto pero lo que hace el artesano es empezar a tallar y quitar parte de la pintura para dejar a la superficie el oro. Es un trabajo finísimo”, indica Gómez.

 

Un maestro artesano de Salamanca, Marco Miranda Razo, es uno de los especialistas en recuperar tradiciones artesanales del periodo virreinal y de quien se exhibe una Sagrada Familia (José, María y el niño Jesús) hecha con pasta de caña y vestimenta hecha con papel amate.

 

Ese mismo creador trabaja figuras modeladas en cera a las que les aplica plumas y es a partir de esa técnica ancestral que Gómez lanza la pregunta ¿hay procesos sustentables detrás de la producción de una pieza?

 

“Se piensa que cada tradición implica procesos de producción que consideramos sustentables por el simple hecho de que son artesanales, pero nace esa pregunta cuando te das cuentas de piezas que usan conchas de armadillo, piel de ocelote, piel de venado ¿eso no afecta a esas poblaciones?”, cuestiona.

 

Sin demeritar la estética ni la producción artesanal, el gestor también habla del barro de Ocumicho, Michoacán, comunidad de mujeres y niños alfareros. “¿Qué tanto han sufrido estas personas como resultado de las condiciones violentas que el estado padece? Porque esas zonas (Zamora y Tangancícuaro) están repletas de narcotraficantes”

 

Otro maestro que trabaja el arte plumario es Marcelino Eduardo Sánchez, y de quien se exhiben cuadros enconchandos y a quien se le considera un especialista en artes del virreinato.

 

Finalmente, la exposición también reúne nacimientos hechos en barro vidriado o mejor conocido como talavera y mayólica. Además, hay secciones de representaciones miniaturas de Tonalá hechas de barro bruñido con pirita, nacimientos de fibras naturales como palmilla, totomoxtle y de hueso de res, filigrana de plata, obsidiana y cuerno de toro.