Este libro proviene del hartazgo y del bombardeo cosmético que nos oprime, del asedio de los cuerpos canónicos, añade el escritor argentino.

 

El cuerpo como un texto del que no se pueden borrar pasajes como el codo, la axila o el talón, y del que no siempre el pecho, las nalgas o el ano son perfectos estéticamente, así es como el escritor Andrés Neuman (Argentina, 1977) plantea el cuerpo en los 30 textos que dan forma al libro “Anatomía sensible”.

 

“Este libro proviene del hartazgo y del bombardeo cosmético que nos oprime, de la saturación del asedio de los cuerpos canónicos, también del aburrimiento y tedio estético que me produce eso en términos artísticos, creativos, una especie de voluntad uniforme que es insoportable, dolorosa y aburrida”, señala el autor.

 

Neuman busca que su libro editado por Páginas de Espuma sea una invitación a la desobediencia estética.

 

“Hay dos propuestas. Una es dedicarles enorme atención y afecto a partes del cuerpo secundarios u omitidas por la tradición artística como el codo o el talón que son dos lugares de asperezas. La segunda es desmitificar de manera humorística los lugares que están llenos de atención y tradición como las nalgas, el ano, los genitales o el pecho”, indica.

 

El autor comenta que en todos sus últimos libros y novelas aparecen cuerpos no normativos, así como momentos en donde la vulnerabilidad e imperfecciones del cuerpo se muestran y se celebran.

 

“Poco a poco empecé a sentir la necesidad no de escribir libros con cuerpos diversos si no un libro sobre la diversidad del cuerpo cuyo punto de partida fuese la ampliación y combate del canon físico porque creo que, en tiempos de dictadura del Photoshop, la literatura puede servir de pequeño contrapeso y cada vez estoy más convencido de que lo que Photoshop elimina, la escritura lo ilumina”, expresa.

 

¿Por qué iniciar con la piel?

Es nuestro primer contacto con la realidad, nuestra fuente de placer y de daño, también nuestra primera vulnerabilidad. Además, es un campo de batalla intenso desde donde lo pensemos: desde el punto de vista étnico, desde el punto de vista médico, desde el punto emocional que es donde se somatizan muchas cosas y si lo pensamos desde el lado cosmético es una gran fuente de lucro y tremendo negocio.

 

La piel sirve para reflexionar sobre el valor de la cicatriz, de la arruga y de la estría porque esas marcas cuentan la historia de un cuerpo. Cuando hablamos de memoria histórica, el cuerpo es parte de ésta, cuando photoshopeamos borramos o censuramos los rastros de nuestra vida en la piel, estamos censurado la memoria historia de nuestro cuerpo.

 

En palabras de Neuman, Photoshop ha pasado de ser una herramienta técnica a una cultura cruel y represora.

 

“Cada texto del libro sirve para pensar en la premisa de que el cuerpo es un texto y que necesitamos leerlo entero, no podemos borrarle capítulos o pasajes, no podemos censurar parte de la prosa del cuerpo porque tiene su poesía y prosa, tiene sus partes sublimes y sus partes escatológicas, imperfectas”, asevera.

 

¿Por qué hacer una oda al codo?

El codo es el paria de la belleza y por muchas cremas hidratantes que consumamos, por muchas cirugías que nos hagamos, por mucha dieta a la que nos sometamos, el codo siempre dice la verdad, recuerda -como los anillos del tronco en el árbol- qué edad tenemos. Nunca nadie nos ha dicho: qué hermoso codo tienes, porque no está previsto dentro de la estructura de nuestro deseo.

 

En el momento álgido de la pandemia nos saludábamos rozando nuestros codos, entonces el punto de contacto ajeno pasó a ser ese lugar en el que nunca pensábamos, ya no era el abrazo, ni el beso, ni las manos, era el codo.

 

Es una parte del cuerpo que pasó a ser un lugar de importancia, simbolismo y sensibilidad, entonces es posible cambiar las jerarquías de la atención corporal si cambiamos de juego y la literatura tiene mucho de jugar con ello.

 

El Alma

Uno de los relatos de Neuman habla sobre el alma. “Se me ocurrió pensar: según las religiones, Dios está en todas partes, entonces el alma tendría que estar en todo el cuerpo y no solamente en los lugares que la han intentado monopolizar como la mirada, el corazón o la cabeza, ¿cómo se manifestará el alma en la papada o en la rodilla? Trato de detectar síntomas del alma en los rincones más insospechados o postergados del cuerpo”.