La pieza de Julieta Aranda se exhibe en la sala virtual del MUAC/ Es también una reflexión sobre la obsesión humana de convertir fósiles en energía, añade el curador en jefe del museo

 

¿Qué hacemos, como especie, cuando llegamos a la conclusión, absolutamente conocida, de que no somos un aminal batallando con toda clase de bichos, sino que somos una bolsa de bichos?, ¿qué sigue aquí a pesar de nosotros? y ¿qué clase de proyecto de lo que llamábamos identidad se proyecta para una asamblea biológica?, esas son algunas de las interrogantes que plantea la artista Julieta Aranda en la pieza Política sin oxígeno que se exhibe en la sala virtual del Museo Universitario de Arte Contemporáneo, Sala 10.

 

Cuauhtémoc Medina, curador en jefe del MUAC, explicó que esta obra pertenece a la serie Robar el propio cadáver (un juego alternativo de puntos de apoyo para un ascenso a la oscuridad), en la que se hace una serie de reflexiones sobre las “raras” decisiones entre el mundo natural y social, la individualidad, la condición de relación con otras especies, así como la lógica de la existencia del sistema económico y del planeta.

 

“Robar el propio cadáver es una especie de viaje científico espiritual, es decir, es un intento para pensar cosas sobre el interior, donde éste es el estado de consciencia, y la investigación de las partículas subatómicas es la pregunta sobre la condición múltiple de los seres vivos como habitáculos de miles de otras especies. Al mismo tiempo, hace una reflexión sobre la obsesión de la sociedad moderna por convertir los restos de cadáveres de otros seres vivos de hace millones de años en energía industrial”.

 

Particularmente en Política sin oxígeno el protagonista es un caracol “muy desafortunado” porque está siendo “secuestrado biológicamente por un gusano”. “Ese caracol que, en algún momento Julieta aclaró que es el personaje principal, está siendo invadido por un parásito que básicamente toma control de sus sistemas, incluido el nervioso, y por tanto pasa a ser una especie de animal poseído, casi en la noción demonológica, ese ser híbrido, ese ser que ya no es un individuo, sino muchos, aparece como una pregunta política”.

 

“Hay un punto en que el video de Julieta Aranda que me hizo pensar que nosotros no somos el caracol, sino el gusano que está creciendo en este caracol, que el video nos está haciendo preguntas de si el gusano ha pensado en el caracol y es un desafío interesante que ella asume: ¿cómo hacemos un pensamiento que no sea identificatorio, que nos coloque a nosotros como el héroe o la víctima de la historia?”.

 

Está claro que la noción de individuos antropocéntricos que operamos extractivamente no es viable, añadió, de modo que no podemos proyectar qué vamos a hacer. “No es que sea un lujo pensar en el futuro, sino que ahí coinciden una multitud de argumentos y experiencias. La administración del futuro que hizo la modernidad y, entre otras cosas, los proyectos emancipatorios, en el que se depende de querer controlar la historia han vencido de tal forma que la pregunta de qué hacemos con el porvenir se ha vuelto muy difícil ya que implica acceder a otra clase de pensamiento que no sea el pensamiento de la seguridad, de la pretensión abusiva de la profecía o de la pretensión de extender sobre lo que venga aquello que ya conocimos”.

 

“Una vez que esos recursos, que son los recursos tanto del pensamiento de la revolución, la ciencia ficción y el apocalipsis aparecen como ridículos, entonces, efectivamente el porvenir se vuelve un territorio ignoto e inaccesible; sin embargo, otra pregunta que está haciendo Julieta Aranda tiene que ver con ¿dónde está nuestra responsabilidad de ética en relación con el futuro? y ¿quiénes llegaremos ahí?”

 

POESÍA. El video de casi 10 minutos, Julieta Aranda presenta una sucesión de imágenes que reflejan una especie de diario de experiencias muy específicas en que vemos, por ejemplo, el acelerador de partículas Organización Europea para la Investigación Nuclear, pero al mismo tiempo, esta investigación no puede ser clasificada ni como un documental, ensayo o bitácora.

 

“Algo que nos resulta muy importante en nuestra experiencia del mundo, pero del que no reflexionamos a fondo, es que lo que llamamos poesía es la interrogación de aquello que no puede ser formulado por el entendimiento o aquello que aún no hemos conseguido formular del modo apropiado. La poesía es el modo de acceder a aquellas cosas que nos resultan inquietantes, misteriosas y que nos desbordan. En esa dimensión, el trabajo de Julieta Aranda es la poesía del día de hoy en términos del desafío que tenemos a la pureza del lenguaje y al libro como el vehículo tradicional de la interrogación cultural”.