Hay artefactos de piedra tallada y un grupo de cascabeles de cobre originarios de Sonora/ Destacan figuras de cerámica de la cultura Tumbas de Tiro

 

Un lote de 280 piezas arqueológicas fueron repatriadas de EU a México, entre las cuales se encuentran artefactos de piedra tallada, un grupo de cascabeles de cobre cuya ocurrencia o descubrimiento es poco común y una serie de figuras de cerámica antropomoformas que algunas  miden hasta 30 centímetros de altura.

 

La entrega de estos bienes fue realizada ayer en las instalaciones del Consulado General de México en Nogales, Arizona y bajo un estricto protocolo de sanidad por la pandemia de COVID 19. En el acto estuvieron presentes el cónsul general de México en Nogales, Arizona, embajador Ricardo Santana Velázquez; el agente especial encargado del ICE/Homeland Security Investigations, Scott Brown; la cónsul general de Estados Unidos de América en Nogales, Sonora, Laura Biedebach, y el antropólogo José Luis Perea González, director del Centro INAH Sonora.

 

El INAH, en un comunicado, explica que las piezas corresponden a dos lotes: el primero decomisado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos de América  en 2012, y se conforma por 270 piezas prehispánicas, en su mayoría artefactos de piedra tallada, principalmente puntas de proyectil y bifaciales, así como herramientas de lítica pulida que, específicamente, son hachas de piedra con un canal pulido que les permitía quedar sujetas a un palo o mango. Resulta notable un grupo de cascabeles de cobre cuya ocurrencia o descubrimiento es poco común. Estos bienes arqueológicos fueron sustraídos de diversos sitios arqueológicos del estado de Sonora.

 

El segundo lote, añade,  corresponde a diez artefactos entregados por el Chandler Museum  y destacan figuras antropomorfas de cerámica de la Cultura Tumbas de Tiro del occidente de México. Algunas superan los 30 cm de altura y presentan notables detalles de ornamentación y adorno de los antiguos pobladores del México prehispánico.  Los objetos fueron entregadas al INAH para su catalogación, estudio, custodia y divulgación.

 

La cónsul general de Estados Unidos de América en Nogales, Sonora, Laura Biedebach, señaló que “hace 50 años, nuestros países firmaron el tratado de colaboración para la recuperación de bienes arqueológicos y culturales robados; en virtud de este convenio hemos trabajado estrechamente en devolver los bienes que han sido sustraídos ilegalmente del país al que pertenecen, hoy ese trabajo rinde frutos y podemos celebrar estas acciones. El Gobierno de los Estados Unidos seguirá colaborando con todas las agencias y a través de las fronteras, manteniendo su compromiso de frenar el robo y tráfico del patrimonio cultural”.

 

Desde la Ciudad de México, la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto Guerrero, celebró esta repatriación de piezas correspondientes a culturas originarias, la cual, dijo, "es muestra del trabajo cotidiano y coordinado que realizan las instituciones del Gobierno de México y del compromiso compartido con el Gobierno de los Estados Unidos en favor de la recuperación, la protección y el respeto al patrimonio cultural, histórico y arqueológico de nuestros pueblos. La recuperación de patrimonio mexicano es un eje de trabajo constante de la Secretaría de Cultura, que ya ha establecido nuevas líneas de cooperación para repatriar estos bienes”.

 

El antropólogo José Luis Perea González mencionó que “una vez en territorio mexicano y bajo custodia del INAH, los bienes arqueológicos muebles serán inscritos en el Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos, para lo cual será necesario su análisis y catalogación. Este proceso implica recuperar la mayor cantidad de datos de las piezas que, aunque lamentablemente su contexto de origen fue destruido, permitirán aprender más sobre las sociedades que las manufacturaron y poner al alcance del público los datos que se registren. Eventualmente, todas las piezas se integrarán al acervo permanente de bienes arqueológicos muebles del INAH.

 

“Esta repatriación llega a México en un momento oportuno, pues es el año de una conmemoración muy significativa, el 500 aniversario de la toma de Tenochtitlan, que fue un encuentro fundacional y desgarrador entre los universos culturales de Europa Occidental y América. Motivo por el cual se hace reconocimiento profundo a las culturas prehispánicas de México, así como la resistencia y presencia de sus pueblos indígenas contemporáneos”, añadió Perea González.