LIBRO. Hay un desajuste entre el interés de la sociedad y el interés de las empresas tecnológicas; necesitamos que se alineen porque si no sufriremos los perjuicios, podemos decir lo mismo de la genética. En ese sentido ¿avanzamos hacia más humanidad o menos? Es una pregunta interesante”, explica Kazuo Ishiguro, Premio Nobel de Literatura
“Si vivimos en un mundo donde la tecnología invade nuestras vidas, ¿tendrá un impacto la idea a la que nos hemos aferrado desde hace siglos: tenemos un alma adentro? Si ése es el caso, ¿qué vamos a hacer?, ¿hay algo más allá de los impulsos y hábitos que puede cartografiar la tecnología?, ¿hay algo dentro de nosotros que nos haga seres humanos especiales?”, cuestionó Kazuo Ishiguro (Japón, 1954), Premio Nobel de Literatura 2017, a propósito de su reciente novela Klara y el sol.
El libro editado por Anagrama narra la vida de Klara, una amiga artificial, que es comprada por Josie, una adolescente enferma a causa del mejoramiento genético. A partir de ese momento, Klara aprende a identificar las emociones y comportamientos de su amiga durante los años que viven juntas.
“Una de las preguntas que Klara empieza a plantearse cuando se fija en el mundo humano es: ¿qué significa que un ser humano quiera y ame a otro ser humano?, ¿tiene algún sentido?, ¿somos únicos de manera especial?, ¿somos irremplazables?”, señaló Ishiguro en conferencia de prensa.
Para el autor, Klara es un espejo de los impulsos humanos y su determinación de hacer lo mejor para Josie es comparable con la protección de un padre y una madre humana.
“Cuando se trata de cuidar a los hijos, los seres humanos somos un poco como máquinas programadas. Mi madre era así, todo lo que hizo era como si tuviera una voz en la mente que le dijera: ¿esto será mejor para mi hijo?, ¿esto lo ayudará?, ¿esto lo protegerá? Tenía la sensación de que cualquier decisión que ella tomaba era en respuesta a esa pregunta”, indicó.
-¿Por qué sociedades con alta tecnología se alejan de la empatía?
-Creo que no es inevitable que nuestra sociedad se convierta en una sociedad tecnológicamente más avanzada y que en ese sentido sea menos empática o tenga menos sentimientos. Sin embargo, en la práctica, ahora mismo, creo que hay esa tendencia.
“Es decir, nuestra sociedad crea muchas desigualdades y con eso hay que ir con mucho tacto. Hay un desajuste entre el interés de la sociedad y el interés de las empresas tecnológicas; necesitamos que se alineen porque si no sufriremos los perjuicios, podemos decir lo mismo de la genética. En ese sentido ¿avanzamos hacia más humanidad o menos? Es una pregunta interesante”, respondió.
Uno de los grandes desafíos que la humanidad enfrenta por los cambios radicales en la ciencia y tecnología es el desempleo masivo, afirmó Ishiguro.
“La inteligencia artificial eliminará muchos empleos, probablemente la mayoría de los que conocemos hoy en día, y eliminará empleos de gente que hoy se consideran parte de la élite académica e intelectual”, dijo.
El autor de Nunca me abandones y Los restos del día confesó su gusto por películas que reflejan cómo las generaciones anteriores tenían que sacrificarse por la felicidad de las generaciones venideras, relegándose a la soledad durante la vejez.
“En la historia de Klara y el sol he intentado meter lo que sería una vida humana: primero una niña pequeña, luego crece a adolescente, después se comporta como madre y al final es como una anciana, una persona mayor que ha cumplido su trabajo y aquellos que tanto la habían necesitado en el pasado ya no la necesitan más. Ella debe aceptar eso. Esa idea es está en toda mi obra”, aseguró.
ESPERANZA. Con el paso de los años, Kazuo Ishiguro acepta que se ha convertido en una persona más optimista respecto a la naturaleza humana, pero menos optimista respecto a los sistemas políticos y la manera en cómo se organizan las sociedades.
“No diría que la literatura debe ser más o menos optimista. La literatura debe ser un reflejo honesto de lo que siente el escritor y, hasta cierto punto, eso será un reflejo honesto de lo que la sociedad siente. La ficción para nosotros es una manera de intercambiar ideas y sentimientos, por eso es muy importante. Las ideas se pueden intercambiar con el periodismo y los ensayos, pero los sentimientos y las sensaciones se intercambian a través de la historia y la música”, expresó.
Por eso, en mis recientes libros, intento encontrar una esperanza, añadió el autor. “Para eso necesitamos pequeños oasis en los que la gente pueda intercambiar amor, afección y decencia”.
Ishiguro comentó sobre la pandemia que más que preocuparse por el cambio tecnológico, le intriga el impacto emocional.
“Si todo lo que nos preocupa al final de la pandemia es que ha cambiado nuestra vida laboral, sería fantástico; pero me temo que habrá repercusiones ingentes que tendrán que ver con el estrés, la rabia y el dolor. No sé cómo se mostrarán, pero en cuando el pasado hemos tenido muertes repentinas a menudo ha habido un impacto en esa sociedad y creo que eso es lo que deberíamos estar debatiendo”, dijo.