Ayer reabrieron los museos de Arte Moderno, Tamayo y la SAPS v El MAM ofrece la muestra Manifiestos del arte mexicano 1921-1958 con 60 obras. “Ya hacía falta ver cultura. Ya necesitaba el alma alimentarse de otra manera”

 

Uno de los visitantes al Museo de Arte Moderno. Reyna Paz Avendaño

 

“Qué extraño es entrar así”, comentó en voz alta una joven mientras el vigilante del Museo de Arte Moderno (MAM) le rociaba Lysol con un atomizador en toda su ropa, protocolo de sanidad que incluyó desinfección de manos con gel antibacterial y toma de temperatura. Así dio la bienvenida el recinto, ubicado en Paseo de la Reforma esquina con Gandhi, Ciudad de México, a cada uno de sus visitantes durante su reapertura tras cinco meses de cierre por la pandemia de COVID-19.

 

Ayer los museos de Arte Moderno, Tamayo y la Sala de Arte Público Siqueiros reabrieron ayer tras casi cinco meses de haber cerrado por la COVID-19.

 

Al MAM, la primera persona en llegar fue Carlos, habitante de la alcaldía Gustavo A. Madero, quien decidió romper su confinamiento. “Ya hacía falta ver cultura. Ya necesitaba el alma alimentarse de otra manera. Me sentí muy contento de recorrer el museo. Soy de las personas que sí se resguardaron totalmente en casa, no había salido, pero es importante ir rompiendo el miedo y volver a vivir, uno tiene que continuar con las actividades”, expresó.

 

En tanto, Natalia Pollak, directora del MAM, comentó que sólo está abierta una sala del museo, donde se alberga desde marzo —en específico, una semana antes del cierre de actividades culturales— la exposición Manifiestos del arte mexicano 1921-1958 con 60 obras de artistas como Nahui Olin, Remedios Varo, Diego Rivera y Manuel Felguérez.

 

“Estamos muy contentos ahora que abrimos físicamente el espacio. Tenemos Manifiestos del arte de mexicano y también el Jardín Escultórico. El aforo máximo es de 28 personas cada 45 minutos y estamos recomendando a la gente que haga su cita a través de nuestras redes sociales, pero si llegan sin haber hecho cita y si hay espacio dentro del cupo permitido, serán recibidos” explicó.

 

La directora también sugiere a los visitantes, lean el decálogo de entrada al museo, “ahí están todas las medidas que deben prever y también lo tenemos en la entrada para que lo consideren”, ya que no hay servicios como guardarropa.

 

En la entrada, una lona indica que el acceso será con cubrebocas, las visitas de grupos serán de 4 personas, no se permite el acceso con mochilas, se pueden descargar las hojas explicativas de cada sala por medio de código QR y se pide respetar las medidas de sana distancia.

 

Los horarios del MAM serán de martes a domingo de 11:00 a 17:00 horas. y se espera que en diciembre el museo esté abierto en su totalidad con restricciones de aforo. Mientras, la exposición de Manifiestos permanecerá hasta mayo de 2021.

 

Pollak aseguró que este espacio cultural es un lugar seguro de visita, ya que antes de reabrir, revisaron los protocolos de seguridad, “se hicieron los mantenimientos, limpieza de filtros, el aire acondicionado en salas está funcionando de acuerdo a los protocolos de seguridad”.

 

¿Abrirán las siguientes salas de acuerdo al semáforo epidemiológico?, se le preguntó a la directora. “No al semáforo, avanzaremos de acuerdo a los protocolos, ahora todos los tiempos de montaje requieren mucho mayor tiempo, entonces la idea es que para fin de año podamos tener abiertas las cuatro salas siguiendo los protocolos de este montaje”, respondió.

 

En septiembre, el MAM abrirá una segunda sala para exhibir el óleo El pez luminoso (1956), de Juan Soriano, con motivo de los 100 años de nacimiento del artista mexicano.

 

“El pez luminoso es una obra donde se define el lenguaje plástico de Soriano, está llena de color, luces y su soltura de la línea hace que sea una de las obras más importantes en la producción del maestro. Es una pieza del acervo del museo. La idea es entrar a un pequeño gabinete acompañado de una sonorización especial para que el visitante tenga una experiencia inmersiva”, dijo.

 

Antes de retirarse, Carlos, el primer visitante del museo, reflexionó que regresar a los museos es hacer que los trabajadores de la cultura no pierdan su empleo.

 

“Mucha gente vive de esto, que trabajan aquí y si no se reactiva, podrían perder su empleo. Ir al museo también es una manera de agradecerles a los trabajadores el que nos tuvieran en contacto con la cultura con actividades en internet durante los meses de aislamiento”, indicó.

 

En su primer día de reapertura, este museo del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), recibió un total de 44 visitantes.

 

TAMAYO. Durante su primera hora de reapertura, el Museo Tamayo Arte Contemporáneo recibió a 18 personas, en su mayoría jóvenes universitarias que hicieron de esta actividad su primera salida desde que iniciara la cuarentena. Acudió también Lucina Jiménez, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, quien informó sobre los protocolos que se están tomando en los recintos.

 

“En los museos tenemos protocolos muy definidos para: montaje de exposiciones; proveedores; para las tiendas; para visitantes y personal —diferente protocolo si es personal de servicio o administrativo—; para archivos; para centros de documentación; y manejo de obra tiene un protocolo muy estricto, lo tenemos definido si el montaje es nacional o internacional. Ha habido muchísimo trabajo de preparación para poder llegar a este momento”, dijo Jiménez.

 

Agregó que han diseñado por lo menos 12 protocolos diferentes en función de los requerimientos específicos de museos, teatros, oficinas y escuelas y que además de reanudar actividades presenciales, los recintos continuarán con la modalidad digital que les ha permitido incrementar el número de “visitas”.

 

Asimismo, informó que los museos de la zona del Centro Histórico y Coyoacán tienen requerimientos diferentes, y que el Palacio de Bellas Artes abrirá por etapas.

 

El recinto más pequeño de la red de museos del INBAL que abrió ayer, la Sala de Arte Público Siqueiros, comenzó sus actividades a las 11:00 horas.  A este acto acudió Lucina Jiménez, directora del INBAL, quien acompañó al director y personal del museo.

 

El recorrido por la exposición colectiva Murales para un cubo blanco, así como los murales que pintó David Alfaro Siqueiros en este recinto, pueden recorrerse únicamente en un sentido establecido y no cuentan con cuadernillos físicos de la muestra en el museo ni con servicio de paquetería. Únicamente permite el acceso a 24 visitantes de forma simultánea y distribuidos a lo largo de la fachada, patio de murales, sala de lectura, cubo y galería.