Esta diferencia puede explicar por qué las mujeres llegan a la vejez con un menor deterioro cognitivo.

 

Los científicos acaban de encontrar una nueva distinción entre los cerebros de los dos sexos: los cambios en el cerebro relacionados con la edad ocurren más lentamente en las mujeres que en los hombres.

 

Las diferencias estructurales promedio entre los sexos representan algo real.

 

Esta última investigación indica que el cerebro femenino, en promedio, parece ser unos tres años más joven que el cerebro masculino de la misma edad cuando se trata del metabolismo cerebral.

 

Según los investigadores, esta diferencia podría ser la razón por la que las mujeres tienden a mantenerse mentalmente más avispadas durante más tiempo que los hombres.

 

"Estamos empezando a entender cómo diversos factores relacionados con el sexo podrían afectar la trayectoria del envejecimiento cerebral y cómo eso podría influir en la vulnerabilidad del cerebro a las enfermedades neurodegenerativas", comenta Manu Goyal del Instituto de Radiología Mallinckrodt de la Escuela de la Universidad de Washington y coautor del trabajo que recoge la revista PNAS. "El metabolismo cerebral podría ayudarnos a comprender algunas de las diferencias que vemos entre hombres y mujeres a medida que envejecen".

 

Los científicos ya habían establecido que la disminución del volumen de la materia gris relacionada con la edad ocurre más rápidamente en los cerebros masculinos que en los femeninos. También se ha demostrado que la expresión de genes en el cerebro cambia más rápidamente en hombres mayores que en mujeres, lo que resulta en una capacidad reducida para construir y descomponer las moléculas en el cerebro masculino.

 

Estas evidencias sugieren una forma de neotenia (conservación del estado juvenil en el organismo adult) en el cerebro femenino, pero nadie había analizado el metabolismo del cerebro hasta ahora.

 

A medida que envejecemos, el uso de la glucosa cambia en el cerebro. En los niños, un proceso metabólico llamado glucólisis aeróbica tiene una gran incidencia. Se asocia con el desarrollo del cerebro, aumentando en sincronización con la formación y el crecimiento sináptico.

 

Este proceso se ralentiza a medida que nos acercamos a la edad adulta y continúa disminuyendo lentamente. El cerebro aún usa azúcar para la función cognitiva, pero las mesetas de glucólisis aeróbica llegan a un nivel muy bajo aproximadamente a los 60 años.

 

Obviamente, la edad exacta puede variar de una persona a otra, pero para determinar si hay diferencias de sexo en ese punto, el equipo de investigación realizó tomografías por emisión de positrones (TEP) en 205 personas: 121 mujeres y 84 hombres, de 20 a 82 años de edad.

 

Los investigadores observaron el flujo de oxígeno y glucosa en sus cerebros para determinar la proporción de glucosa que se estaba asignando a la glucólisis aeróbica. Luego alimentaron a un algoritmo de aprendizaje automático con datos de muestra masculinos para establecer una relación entre la edad y metabolismo cerebral.

 

Utilizando esto como una línea de base, los expertos pidieron al algoritmo que estimara las edades de las mujeres basándose únicamente en sus datos de metabolismo cerebral. Calculó que las mujeres eran, en promedio, 3,8 años más jóvenes de lo que realmente eran.

 

Luego lo hicieron a la inversa. El algoritmo reveló que los hombres eran un promedio de 2,4 años más mayores que su edad real.

 

Y, lo que es más interesante, esta diferencia se observó incluso en personas tan jóvenes como de 20 años.

 

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"No es que los cerebros de los hombres envejezcan más rápido, comienzan la edad adulta unos tres años más tarde que las mujeres, y eso persiste durante toda la vida", dijo Goyal.

 

"Lo que no sabemos es lo que significa. Creo que esto podría significar que la razón por la que las mujeres no experimentan tanto deterioro cognitivo en años posteriores es porque sus cerebros son efectivamente más jóvenes, y actualmente estamos trabajando en un estudio para confirmar esto", finaliza.

 

Referencia: Persistent metabolic youth in the aging female brainManu S. Goyal, Tyler M. Blazey, Yi Su, Lars E. Couture, Tony J. Durbin, Randall J. Bateman, Tammie L.-S. Benzinger, John C. Morris, Marcus E. Raichle, and Andrei G. Vlassenko. PNAS published ahead of print February 4, 2019 DOI: https://doi.org/10.1073/pnas.1815917116