¿Cuál será su cometido? Nos ayudará a comprender las estrellas, los exoplanetas e incluso la energía oscura.

 

En 2029, los observadores del cielo podrán vislumbrar al menos una 'estrella' que ha sido creada por humanos. La NASA pretende poner una “estrella artificial” en órbita alrededor de la Tierra en el año 2029. Ha sido bautizada como Landolt, y será un pequeño satélite del tamaño de una caja de zapatos equipado con ocho láseres que orbitará la Tierra a poco más de 35.400 kilómetros sobre la superficie del planeta, imitando una estrella real (es una distancia lo suficientemente grande como para imitar las características de una estrella genuina, dicen los expertos).

 

¿Para quién o qué es esta estrella artificial?

Estudiar estrellas lejanas es bastante desafiante para los astrónomos. Cuando la luz estelar atraviesa la atmósfera terrestre, una fracción de ella es absorbida. Esto complica la tarea de medir el brillo auténtico de las estrellas, especialmente de las que están más lejos. En la actualidad, los astrónomos utilizan ciertos tipos de estrellas conocidas como "candelas estándar" para calcular las distancias y el brillo de otras estrellas. No obstante, la precisión de los datos empleados para ellas no es tan alta como los científicos desearían. Y aquí es donde entraría la misión Landolt.

 

Para calibrar adecuadamente los telescopios terrestres, crear nuevos catálogos más precisos de los brillos de las estrellas reales y mejorar la calidad de los datos que recopilan. Debido a su bajo brillo, este diminuto objeto satelital no será visible para el ojo humano. Sin embargo, los astrónomos que utilicen telescopios en la Tierra podrán detectarlo, lo que podría conducir a una mayor comprensión de todo el universo. Es una forma de eliminar la interferencia atmosférica gracias a una simulación en el espacio.

 

Está previsto que la misión se lance a una órbita geoestacionaria en 2029 y, una vez en órbita, el satélite emitirá ocho láseres a bordo en telescopios terrestres, que observarán la "estrella artificial" en el mismo marco que sus objetivos científicos. Estudiar las estrellas distantes es difícil sin puntos de calibración de flujo absoluto, es decir, estrellas que pueden ayudar a los astrónomos a calibrar sus instrumentos. Con esta adición artificial, los científicos obtendrán una mayor precisión que la que se puede lograr con los métodos convencionales. En esencia, el trabajo de este dispositivo será imitar a las estrellas y otros objetos celestes como las supernovas.

 

"Incluso con los instrumentos modernos de hoy, las mediciones del brillo real de las estrellas solo se conocen en un pequeño porcentaje", explico el subdirector del Instituto de Ciencia de Exoplanetas de la NASA y astrónomo de Caltech, David Ciardi, en un comunicado de prensa. "Landolt permitirá una mejora en esas mediciones en más de un factor de diez". "Entender el brillo real de las estrellas nos permite entenderlas mejor y, quizás más importante, entender mejor los planetas que orbitan alrededor de ellas".

 

El nombre oficial

El satélite-estrella ha sido bautizado como Landolt en honor al difunto astrónomo estadounidense Arlo Landolt -quien falleció en enero de 2022 a los 86 años-, que creó los estándares fotométricos ampliamente utilizados para medir la luz de las estrellas. De hecho, los físicos y astrónomos de todo el mundo todavía utilizan las estrellas estándar que registró como métricas de calibración. La NASA dio oficialmente luz verde a esta misión en febrero de 2024, pero no se ha anunciado al público hasta hace bien poco. El proyecto, que comparará el brillo de la estrella artificial con el brillo de las estrellas reales, probablemente contará con un equipo de alrededor de 30 personas y se estima que costará alrededor de 20 millones de dólares.

 

El control de la misión tendrá su base en el campus de la Universidad George Mason en el condado de Fairfax, Virginia, y colaborará con científicos de 12 instituciones. Los profesores y estudiantes de la Facultad de Ciencias y de la Facultad de Ingeniería y Computación de Mason trabajarán junto con la NASA, el NIST y otras nueve organizaciones en un proyecto pionero en su tipo para una universidad del área de Washington, D.C. Si tiene éxito, podría tener un impacto de amplio alcance. Se espera que la misión pueda ayudar a identificar zonas habitables alrededor de las estrellas, con el objetivo final de encontrar otro planeta que albergue vida.

 

“El objetivo es poder averiguar si otros planetas que orbitan alrededor de otras estrellas también podrían tener océanos donde presumiblemente podría surgir y vivir la vida”, apuntó Jamie Tayar, profesor adjunto de astronomía en la Universidad de Florida. “Para cada estrella, es necesario saber exactamente cuánta energía proviene de la estrella y exactamente a qué distancia se encuentra el planeta, etcétera”.

 

Las ocho balizas láser de alta precisión del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) -líder mundial en la medición de emisiones de fotones- que componen la estrella artificial cabrán en un pequeño satélite de no más de 24 kilogramos que irá alojado en un diminuto CubeSat que se lanzará a bordo de un cohete de SpaceX (presumiblemente en 2029 aunque aún no se ha fijado la fecha firme).

 

Referencias:

George Mason University announces its first NASA Space Mission, which seeks to uncover the secrets of dark energy Press Release 10 june 2024  https://www.gmu.edu/news/2024-06/george-mason-university-announces-its-first-nasa-space-mission-which-seeks-uncover

NASA Landolt Space Mission Press Release June 2024 https://landolt.gmu.edu/