Octubre es el mes por excelencia del otoño, una estación que nos ofrece una gran variedad de frutas y verduras con propiedades beneficiosas para nuestra salud

 

OTOLSS2.JPG - 55.43 kBAunque el otoño comenzó una semana antes, el mes de octubre es el primero que enmarca de forma completa la estación otoñal. La naturaleza cambia su paleta de colores, de los verdes a los ocres y pardos, y nos brinda una generosa cosecha de frutas y verduras de temporada que capturan la esencia de este tiempo de transformación.

 

En un mundo donde la globalización y las técnicas de cultivo modernas nos han acostumbrado a tener acceso a cualquier producto en cualquier época del año, aún tenemos la opción de consumir lo que la tierra nos ofrece en su momento justo y en proximidad. Esto no solo brinda sabores auténticos y frescos —mejores que los que se producen fuera de temporada o transportados desde lugares lejanos—, sino que también contribuye a la sostenibilidad, apoya a los agricultores locales y reduce la huella ambiental.

 

La conexión entre la estacionalidad y la calidad de los alimentos es innegable, y octubre nos reserva una buena colección de frutas y verduras, representantes de aquellos últimos productos frescos que podían consumirse antaño, antes de la llegada del crudo invierno.

 

La fruta de octubre

Los cítricos comienzan a hacer su presencia a lo largo del mes de octubre. Las primeras mandarinas y pomelos ya estarán disponibles y, a finales de mes, empezarán las primeras limas y limones. No obstante, estas frutas típicamente otoñales tienen su mejor momento en el mes de noviembre.

 

Herederas del verano, las manzanas, peras y uvas siguen disponibles, y aunque su presencia comienza a decaer, podemos disfrutar de las manzanas casi dos meses más, y de las uvas, hasta fin de año. Se suman los primeros caquis y persimones y la primera remesa de kiwis, que llegará a lo largo de este mes de octubre.

 

En esta lista no puede faltar a granada, aunque hay que recordar que no es una verdadera fruta en sentido estricto botánico, sino un fruto seco con semillas carnosas. Y hablando de productos que no son lo que parecen, mencionaremos esas frutas comúnmente consideradas verduras. Tomate, pimiento, pepino, berenjena y calabacín terminan su temporada en octubre.

 

Pero si hay una fruta que debe mencionarse en octubre, esa es la calabaza. Está presente desde mediados de verano, pero alcanza su momento óptimo, tanto en calidad como en producción, a lo largo de este mes, para cortar casi abruptamente su producción con el fin de éste. Ese es el motivo por el que la calabaza se popularizó como fruta de Halloween precisamente, porque su momento de máxima producción y de cosecha coincide con este mes, y a finales de octubre suele haber excedentes.

 

La verdura de octubre

Si la fiesta de Halloween se caracteriza por la calabaza, fruta nativa del continente americano, en su origen europeo los celtas celebraban su Samhain —la festividad original— empleando, especialmente, nabos. Y es que, efectivamente, aunque esta verdura aparece tímidamente a finales de verano, en octubre se inicia su máximo nivel de producción, que se prolongará todo el otoño.

 

Otras verduras de carácter subterráneo también están de temporada. La zanahoria, el rábano, la remolacha, el puerro y la cebolla aún se pueden conseguir de muy buena calidad. La patata cierra su calendario, y no volverá a estar disponible de temporada hasta bien entrada la primavera. Por el contrario, se inicia la temporada de boniato —o batata—, que se mantendrá solo hasta noviembre.

 

En las verduras de hoja, destacan la col, la endivia, la espinaca, la acelga, la lechuga o el brócoli. Comienza también la segunda temporada de la alcachofa —la primera fue en primavera—, que durará hasta diciembre, mientras que, entre las legumbres, termina la temporada de la judía verde.

 

La flexibilidad natural del calendario

La disponibilidad de frutas y verduras es un proceso vivo y en constante cambio, guiado por la interacción de las plantas con su entorno, especialmente el clima. Es un hecho que cada año, factores climáticos y meteorológicos pueden alterar los tiempos de crecimiento, floración y maduración de los cultivos, haciendo que algunos estén disponible antes de tiempo, otros se retrasen, las temporadas sean más largas o más cortas, o incluso que aumente o disminuya la producción y la oferta.

 

De ahí que cualquier intento de establecer un calendario rígido sea ineficaz. Aunque los calendarios de temporada ofrecen orientación general, deben considerarse como guías flexibles, ya que las condiciones locales y los eventos climáticos extremos pueden influir en la disponibilidad y calidad de los alimentos, haciendo que la naturaleza siempre mantenga su capacidad para sorprendernos.

 

En última instancia, siempre es bueno dejarse guiar por la sabiduría del frutero local, que conoce las particularidades de su región y la procedencia de los productos, para tomar decisiones informadas sobre la elección de alimentos frescos y de temporada. La naturaleza sigue su propio ritmo, y adaptarse a su variabilidad es clave para disfrutar de una alimentación consciente.

 

Referencias:

Fernández Celemín, L. et al. 2021. Explore Seasonal Fruit and Vegetables in Europe. Food Facts for Healthy Choices.

Macdiarmid, J. I. 2014. Seasonality and dietary requirements: will eating seasonal food contribute to health and environmental sustainability? Proceedings of the Nutrition Society, 73(3), 368-375. DOI: 10.1017/S0029665113003753

Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. 2017. Frutas y Hortalizas de Temporada. Alimentos de España.

Poore, J. et al. 2018. Reducing food’s environmental impacts through producers and consumers. Science, 360(6392), 987-992. DOI: 10.1126/science.aaq0216

Soy de temporada. 2017. Medialab Prado.