Casi todo el mundo está expuesto a niveles nocivos para la salud de contaminantes del aire. Solo el 0,001 por ciento de la población mundial está expuesta a niveles seguros de la OMS.

 

Un estudio dirigido por el profesor Yuming Guo, de la Escuela de Salud Pública y Medicina Preventiva de la Universidad de Monash en Melbourne, Australia, y publicado en The Lancet Planetary Health, ha descubierto que solo el 0,18% de la superficie terrestre global y el 0,001 % de la población mundial están expuestas a niveles de partículas finas ambientales PM 2,5, es decir, que prácticamente ya no queda ningún lugar seguro en el planeta que esté por debajo de los niveles de seguridad recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

 

¿Partículas PM 2,5?

Estas diminutas partículas miden menos de 2,5 micrones de diámetro, que es unas 30 veces más pequeñas que el ancho de un cabello humano. Las fuentes de partículas PM 2,5 son variadas y pueden provenir de fuentes naturales como incendios forestales y tormentas de polvo, así como de fuentes artificiales como procesos industriales, transporte y la quema de combustibles fósiles. En las áreas urbanas, estas partículas finas son generadas por los gases de escape de los coches, las centrales eléctricas y otras actividades industriales.

Los investigadores utilizaron observaciones tradicionales de monitoreo de la calidad del aire, detectores meteorológicos y de contaminación del aire basados en satélites, métodos estadísticos y de aprendizaje automático para evaluar con mayor precisión las concentraciones de PM2,5 a nivel mundial.

 

Descubrieron que los niveles diarios de contaminación del aire en todo el mundo superaron los 15 μg/m3 durante más del 70 % de los días en 2019.

 

Los hallazgos subrayan la creciente urgencia de que los formuladores de políticas, los funcionarios de salud pública y los investigadores se centren en frenar las principales fuentes de contaminación del aire, como las emisiones de las centrales eléctricas, las instalaciones industriales y los vehículos.

 

"En este estudio, utilizamos un enfoque innovador de aprendizaje automático para integrar información meteorológica y geológica múltiple a fin de estimar las concentraciones diarias de PM2,5 a nivel de la superficie global con una alta resolución espacial de aproximadamente 10 km × 10 km para las celdas de cuadrícula global en 2000-2019, centrándose en áreas por encima de 15 μg/m3, que la OMS considera el límite seguro (el umbral aún es discutible)", dijeron los investigadores.

 

Las peores zonas

Asia oriental y meridional fueron las regiones con los niveles más altos de contaminación del aire, seguidas por el norte de África. Así, los niveles han aumentado para el sur de Asia, Australia, Nueva Zelanda, América Central y el Caribe, registrando de forma colectiva más del 70 por ciento de los días por encima de lo que es seguro. "También registramos una contaminación del aire de PM2,5 relativamente alta en agosto y septiembre en América del Sur y de junio a septiembre en el África subsahariana". Las concentraciones anuales de PM2,5 y los días altos de PM2,5 en Europa y América del Norte disminuyeron gracias a regulaciones más estrictas.

 

¿Y las que menos? Las zonas con los niveles más bajos fueron Australia y Nueva Zelanda, seguidas de otras regiones de Oceanía y América del Sur.

 

El estudio también señala cómo los niveles de partículas finas varían según la estación del año; por ejemplo, el noreste de China y el norte de India registraron concentraciones más altas de PM2,5 de diciembre a febrero, probablemente relacionadas con un mayor uso de generadores de calor durante los meses de invierno. Los países de América del Sur como Brasil, por otro lado, aumentaron las concentraciones entre agosto y septiembre, probablemente relacionado con el cultivo de tala y quema en el verano. Y así sucesivamente.

 

En 2021, la OMS redujo a la mitad los límites aceptables de PM 2,5 para ayudar a impulsar mejores esfuerzos para reducir la contaminación del aire y proteger a las poblaciones. La referencia es el límite directriz que se establece en una media anual de exposición de 5 μg/m³.

 

Referencia:

Global estimates of daily ambient fine particulate matter concentrations and unequal spatiotemporal distribution of population exposure: a machine learning modelling study, The Lancet Planetary Health (2023). DOI: 10.1016/S2542-5196(23)00008-6