Las hormigas no tienen nariz, por lo que utilizan receptores olfativos de sus antenas para encontrar comida u olfatear posibles parejas.

 

Según los resultados de un nuevo estudio, las hormigas podrían entrenarse para detectar la presencia de cáncer en seres humanos. Estos animales no tienen nariz, por lo que utilizan receptores olfativos de sus antenas para encontrar comida u olfatear posibles parejas.

 

Sabiendo lo anterior un grupo de científicos entrenó en un laboratorio a 35 hormigas sedosas (Formica fusca) para encontrar tumores justo usando sus receptores olfativos.

 

Para lograr lo anterior, los expertos injertaron muestras de tumores de cáncer de mama en ratones. Después enseñaron a los 35 insectos a “asociar la orina de los roedores portadores de tumores con el azúcar”, según The Washington Post.

 

Una vez colocadas en una placa de Petri, las hormigas pasaron un 20% más de tiempo junto a las muestras de orina que contenían tumores cancerosos frente a la orina sana, según el estudio.

 

Esto sugiere que estos animales podían distinguir entre los dos olores y husmearon en la orina del ratón enfermo con la esperanza de encontrar azúcar.

 

Hormigas y otros animales como herramienta para la detección de cáncer

 

Es importante mencionar que las células tumorales contienen compuestos orgánicos volátiles (COV) que los investigadores pueden utilizar como biomarcadores del cáncer. Por lo tanto, animales como los perros (y ahora las hormigas) pueden entrenarse de manera eficaz para detectar estas anomalías a través de su sentido del olfato.

 

Sin embargo, los investigadores creen que estos insectos “pueden tener ventaja sobre los perros y otros animales cuyo adiestramiento requiere más tiempo”.

 

Otro dato a destacar es que fue sencillo entrenar a estos animales. Solo tres ensayos de unos diez minutos fueron suficientes para que una hormiga relacionara el olor del cáncer con la recompensa azucarada.

 

La detección precoz del cáncer puede aumentar las posibilidades de supervivencia en los pacientes, pero los métodos de detección precoz pueden ser invasivos y caros. En su lugar, los científicos exploran la posibilidad de aprovechar el sistema olfativo de los animales para detectar la enfermedad en las personas.

 

    “Los resultados son muy prometedores”, afirma Piqueret. Sin embargo, advirtió que “es importante saber que estamos lejos de utilizarlas como método cotidiano para detectar el cáncer”.