Nueva Zelanda endurece las leyes contra el tabaquismo como parte de un impulso para hacer que el país sea “libre de humo” en 2025.

 

Nueva Zelanda quiere hacer de su nación un territorio libre de humo para siempre, o por lo menos, en la medida de lo posible. Esta decisión es gracias a las medidas incluidas en el paquete de leyes antitabaco aprobadas por el Parlamento de Nueva Zelanda este martes. De esa manera, el país se sitúa a la cabeza entre los más restrictivos para hacer frente al hábito de fumar, que resulta tan dañino para la salud.

 

¿En qué consiste la nueva norma?

 

La nueva norma prohibirá vender tabaco a cualquier persona nacida a partir del 1 de enero de 2009, es decir, quienes hoy tienen 13 años. Las sanciones previstas son de hasta 150.000 dólares neozelandeses (unos 12 mil pesos mexicanos). La imposibilidad de comprar tabaco durará toda la vida.

 

 “Esta legislación acelera el progreso hacia un futuro libre de humo. Miles de personas vivirán vidas más largas y saludables y el sistema de salud estará mejor al no tener que tratar las enfermedades causadas por fumar, como numerosos tipos de cáncer, ataques cardíacos, derrames cerebrales, amputaciones”, dijo la ministra adjunta de Salud, Ayesha Verrall, en un comunicado.

 

Verrall presentó la ley en primera lectura en julio:

 

    “Durante décadas hemos permitido que las tabacaleras mantengan su cuota de mercado haciendo que su producto mortal sea cada vez más adictivo. Es repugnante y extraño. En este país tenemos más normas sobre la seguridad de la venta de un bocadillo que sobre la de un cigarrillo”.

 

    “Queremos asegurarnos de que los jóvenes nunca empiecen a fumar, por lo que tipificaremos como delito la venta o el suministro de productos de tabaco fumado a nuevas cohortes de jóvenes. Los que tengan 14 años cuando la ley entre en vigor nunca podrán comprar tabaco legalmente”.

 

La nueva legislación no prohíbe los productos de vapeo, que se han hecho mucho más populares entre las generaciones más jóvenes que los cigarrillos.

 

Los detractores del proyecto de ley -entre ellos el partido ACT, que cuenta con 10 escaños en el Parlamento- han advertido de que la política podría alimentar un mercado negro de productos de tabaco y acabar con los pequeños comercios.

 

    “Nadie quiere que la gente fume, pero la realidad es que algunos lo harán, y la prohibición del Estado niñera de los laboristas va a causar problemas”, declaró Brooke van Velden, viceportavoz del ACT.