La burbuja de la minería de asteroides estalló hace poco, pero esta industria podría hacerse realidad en el futuro. Desde utilizar los recursos obtenidos como combustible hasta transportar los asteroides a una órbita alrededor de la Tierra, las opciones son muchas y, en muchos casos, parecen más ficción que ciencia, aunque no lo sean necesariamente.

 

Durante la década de 2010 empezó a crecer la industria de la minería de asteroides. Se fundaron numerosas empresas que recibieron inversiones de cientos de millones de dólares y que a día de hoy prácticamente han desaparecido. Esta burbuja surgió del optimismo desmesurado en nuestras capacidades tecnológicas (y del buen marketing probablemente) pero su fracaso no tiene por qué ser absoluto y definitivo. Aunque ahora mismo no sea factible plantear la minería de asteroides como una industria rentable, en un futuro sí podría serlo. Este futuro podría llegar dentro de una o de cinco décadas, pero acabará llegando.

 

La propuesta de una de estas empresas fallidas, llamada Planetary Resources y fundada en 2012, era la de recolectar hielo de agua de asteroides para utilizar este recurso para generar oxígeno e hidrógeno líquidos que pudieran servir como combustible a satélites en órbita alrededor de la Tierra o a cohetes en misiones de larga duración. Pretendían montar una especie de gasolinera espacial, donde el combustible sería extraído de asteroides y cometas y llevado hasta la baja órbita terrestre. Pretendían tener ciertos procesos operativos a principios de la década de 2020, aunque ninguna de las tecnologías que desarrollaron llegó al espacio.

 

La opción de recolectar recursos para ser utilizados como combustible por cualquier otra sonda o vehículo espacial sería probablemente una de las más fáciles de rentabilizar a corto plazo. La mayor parte del coste de un lanzamiento se invierte en escapar de la atmósfera y campo gravitatorio de la Tierra y la mayor parte de la masa de un cohete siempre es el combustible. Si los futuros cohetes pudieran ahorrarse despegar desde la superficie terrestre con todo el combustible extra necesario para llevar a cabo una misión de años o décadas de duración y solo necesitaran tener en cuenta el combustible necesario para alcanzar la baja órbita terrestre, esto podría reducir en gran medida masa y tamaño y en consecuencia su coste. Es esta la mentalidad detrás de la idea de SpaceX de utilizar naves Starship como depósitos de combustible que podrían quedar aparcados en órbita para repostar otras naves Starship al inicio de sus misiones.

 

 

Sean asteroides con gran cantidad de hielo de agua u otros recursos los que se exploten, existen diferentes posibilidades a la hora de extraer y aprovechar dichos recursos. La más directa y similar a cómo funciona la minería tradicional consistiría en extraer los recursos brutos del asteroide y traerlos de vuelta a la Tierra para su manufactura. Esto puede ser práctico si se trata de materiales increíblemente escasos o que se utilicen en procesos muy muy técnicos y complejos, sin embargo sería probablemente la opción menos rentable por los altísimos costes necesarios para transportar el material y traerlo de vuelta a la Tierra.

 

Otra opción más factible económicamente aunque más complicada y lejana tecnológicamente sería la de llevar la industria allí donde se extraen los recursos. Es decir, procesar cualquier metal o material extraído en las cercanías del asteroide, para ser utilizado en la propia exploración espacial o para que solo necesitemos traer de vuelta a la Tierra el producto final, sin todo el material sobrante que podría contener la veta extraída originalmente. Esto podría además traer consigo un cierto alivio ambiental, pues toda la industria pesada relacionada con estos metales ocurriría fuera de la Tierra, donde no pueda contaminar nuestros ecosistemas. Sin embargo implicaría la construcción de una infraestructura a gran escala que de por sí resultaría increíblemente cara y dificultaría las primeras fases de esta industria.

 

La microgravedad en este entorno también llevaría consigo problemas extra, pues las operaciones de extracción y procesado de estos materiales sin duda creará nubes de gases o de polvo que en ausencia de gravedad serían más difíciles de dispersar. Si se extraen recursos de asteroides seleccionados por su composición, ocurrirá que alguno de estos tendrá una órbita alejada de la Tierra por lo que las comunicaciones con el centro de operaciones situado en el propio asteroide sufrirán el retraso inevitable debido a estas grandes distancias, como ocurre con Marte, donde los mensajes necesitan varios minutos para salvar la distancia. Aunque sofisticados sistemas automatizados podrían solucionar la mayoría de los problemas que surjan, un proyecto en el que habría tanto dinero involucrado probablemente necesitaría de la monitorización de humanos in-situ.

 

Bastantes de estas consideraciones pueden ser resueltas o al menos mitigadas con la opción, que parece más ciencia ficción que otra cosa, de transportar el propio asteroide elegido para su explotación a una órbita alrededor de la Tierra o de la Luna. Esto abarataría los transportes, el mantenimiento y la operación en general, siempre y cuando se encontrara una forma factible de transportarlos hasta aquí. Misiones como la reciente DART podrían darnos información valiosísima sobre lo factible de estas propuestas, aunque actualmente pensamos que sería posible hacer algo así sin grandes desarrollos tecnológicos aunque el principal limitante sería el tiempo, pues para redirigir un asteroide de cierto tamaño a una órbita alrededor del planeta o el satélite de forma segura y controlado requeriría de varias décadas de monitorización cercana. Quién sabe, tal vez dentro de un siglo o dos la Tierra o la Luna (o ambas) estén rodeadas de anillos formados por asteroides capturados para su explotación comercial. Esta sin duda será una imagen digna de contemplar.

 

Referencias:

 

How the asteroid-mining bubble burst, 2019, Atossa Araxia Abrahamian, MIT Technology Review

 

John Brophy; Fred Culick; Louis Friedman; et al. (12 April 2012). "Asteroid Retrieval Feasibility Study", Keck Institute for Space Studies, California Institute of Technology, Jet Propulsion Laboratory