Inteligente, empática, cariñosa e incluyente, el asistente de voz de Amazon, ‘Alexa’, comparte nombre con miles de niñas inconformes en el mundo.
¡Alexa, compra toallas sanitarias! Alexa, agéndame una cita para el dentista el próximo martes. Alexa, ¿dónde está mi celular? Todas estas son oraciones que el asistente de inteligencia artificial de Amazon puede entender y acatar con solvencia.
El problema es que, originalmente, este nombre corresponde a millones de mujeres en el mundo. En familias en las que hay un miembro que se llama así, las consecuencias sociales ya se están apreciando –y les ha llevado a tomar acciones legales contra la empresa estadounidense.
‘Alexa’ es un nombre de mujer
El asunto con respecto a las burlas ha escalado hasta niveles “implacables”, según informa el corresponsal Tim Johns la BBC. Por esta razón, diversos padres de familia han pedido un cambio en la palabra que haga reaccionar al dispositivo de Amazon, de manera que no sea un nombre de persona. Finalmente, argumentan, ‘Alexa’ es un nombre de mujer.
La empresa ha lamentado estos incidentes, y aseguró que existen términos alternativos para activar al asistente. Sin embargo, miles de niñas en el mundo ya han padecido las consecuencias de llamarse igual que un robot. Así como se espera una reacción a un comando del dispositivo, las niñas humanas tienen que lidiar con demandas similares en la escuela y en sus entornos sociales.
Otros niños e incluso profesores han sido acusados de participar de estas dinámicas violentas. Sólo por llamarse así, han tenido que dejar la escuela al no conceder que las bromas continúen. Las escuelas no han mostrado apoyo, con el argumento de que las niñas ‘tienen que hacerse más fuertes‘.
¿Quién se tiene que cambiar el nombre?
Han habido casos de padres que han optado por cambiar el nombre de sus hijas para evitar que la situación les siga afectando a nivel psicológico y emocional. La pregunta es inminente: ¿quién tiene que cambiarse el nombre? ¿Una niña, o un producto de consumo de una empresa trasnacional?
El problema, sin embargo, no es nuevo. Desde el lanzamiento de Alexa, varias personas que responden a ese nombre han tenido que sobrellevar la situación en los entornos sociales. Sólo en el Reino Unido, se tiene registro de que 4 mil menores de 25 años comparten el apelativo. Los niños, profesores y otros compañeros les gritan órdenes, esperando que la reacción sea positiva por parte de las niñas llamadas así. Muchas veces, no es el caso.
En un comunicado, Amazon aseguro que el diseño del asistente de voz está pensado para reflejar la inteligencia, cariño, empatía y cualidad incluyente de las personas. Nada de eso parece importar en los entornos escolares de secundaria, donde las bromas pesadas persisten en los salones de clase.
