Con la llegada del verano, los dueños de perros tienden a cortar el pelo de sus animales como una solución para “evitar que sufran de calor”.

 

Existe una práctica ampliamente extendida en algunos países de cortar el pelo de los animales de compañía. Particularmente de los perros, que tienden a tener pelajes más abundantes y gruesos. La gente piensa que ésta es una solución para evitar los golpes de calor. Podría ser que ocasionen justamente el efecto contrario.

 

¿Cómo regulan su temperatura corporal los perros?

 

Con la llegada del verano, la demanda por cortes de pelo inunda las estéticas caninas. El argumento detrás de esta práctica es que el animal tenga menos calor durante los meses más cálidos del año. Sin embargo, podría ser que tener el pelo más corto —o, de plano, estar rapado— sea más dañino que benéfico para su salud.

 

Antes de llevar a cabo este tipo de acciones, habría que aclarar lo siguiente: los seres humanos tenemos mecanismos de sudoración distintos a los de los perros. De entrada, estos animales no tienen glándulas sudoríparas: por el contrario, regulan su temperatura por medio de la lengua, jadeando.

 

La temperatura corporal natural de estos animales está controlada por un área del hipotálamo, denominada centro termorregulador. El rango óptimo oscila entre  los 37.8 y los 39.2 grados centígrados. A la par con este mecanismo del cerebro, los animales se valen del pelaje para mantenerse en una temperatura adecuada.

 

¿Se debe de cortar el pelo a los perros?

 

El pelaje en los animales es una característica inherente a su camino evolutivo, que los llevó a adaptarse a su entorno natural con el paso del tiempo. Por esta razón, distintas razas tienen longitudes, grosores y densidades de pelo diferentes, que corresponden a su anatomía natural.

 

Aplicar el razonamiento de que a los seres humanos nos da menos calor con menos pelo encima a nuestros animales de compañía es erróneo. No sólo porque se está humanizado a los perros, sino porque ellos están equipados con herramientas naturales específicas para defenderse del entorno.

 

Una de ellas, sin duda, es el pelaje. A pesar de que efectivamente los perros pasan calor durante el verano, es importante no quitarles una vía natural para regular su temperatura corporal. En todo caso, en lugar de cortar el pelo del perro valdría la pena abrir las ventanas, procurar ambientes con sombra y cepillarlos una vez a la semana, así como asegurar que tengan agua y ventilación constante.