El 2020 es un año que se ha marcado por ser extraño y trágico. Desde que inició, se ha pasado por una pandemia, plagas en EE.UU, el regreso de Anonymous y hasta temblores.

 

depresion adolescenteAnte este escenario, prácticamente cualquier persona se puede sentir agobiada, estresada o dudosa sobre el futuro del mundo.

 

Pero más allá de estos sentimientos, cualquier persona puede desarrollar otra afección psicológica: la indefensión aprendida.

 

Esta es una afectación que sufren las personas cuando las circunstancias y el entorno son tan adversas o dolorosas, que deciden tomar una actitud pasiva o de sumisión.

 

Vale la pena resaltar que la indefensión aprendida es una respuesta a las situaciones externas. En éste caso, puede ser la pandemia y todos los cambios que ha traído, pero también puede darse en situaciones de violencia familiar, de pareja, bullying o mobbing.

 

En estos casos, la víctima sabe (porque lo ha intentado) que prácticamente cualquier acción que tome para salir de esa situación negativa no ha sido ni será útil y, por el contrario, puede traer más fatiga o dolor.

 

Es por ello que la víctima opta, entonces, por la indefensión aprendida: no hacer nada para cambiar la situación en la que se encuentra.

 

Dicha decisión puede ser consciente o inconscientemente, pero de cualquier manera afectará de manera negativa tres aspectos en específico de la persona: el motivacional, emocional y cognitivo.

 

En específico, la persona que sufre de indefensión aprendida comenzará a presentar más estrés, pero menos dopamina, la hormona encargada de motivarnos a hacer cosas.

Algunos expertos en psicología señalan que esta es una condición a la que miles de personas se enfrentan este 2020. Así que la pregunta sería: ¿qué hacer ante o cómo superar la indefensión aprendida?

 

No hay una solución sencilla a este problema, la recomendación generalizada sería asistir a una terapia cognitivo-conductual, con la que un especialista desestigmatizará a la persona y le ayudará a reestructurar sus pensamientos y emociones.

 

Sin embargo, también hay otra opción: otros especialistas señalan que podemos empezar por aceptar que «no vamos a ganar», y que el control de la pandemia no está en nuestras manos (aunque sí el tomar las medidas para evitar el contagio).

 

Esta manera de replantear el problema hará que, en vez de gastar energía en estrés y ansiedad, se busquen nuevas maneras de navegar el 2020.

 

¿Crees que te funcionará para mejorar la manera en la que vemos este año? Ten en cuenta que aunque llega a ser una actitud natural y hasta comprensible, su exceso puede perjudicar tu desempeño emocional a largo plazo.