Hasta ahora, no hemos detectado señales de ninguna otra civilización inteligente. Pero eso no significa que no estén ahí.

 

¿Hay alguien ahí afuera? El humano lleva planteándose esta intrigante y apasionante cuestión desde que tiene conciencia de sí mismo. ¿Habrá otras civilizaciones más allá de la nuestra? Y, más importante aún, ¿serán inteligentes, lo suficiente como para comunicarse con nosotros?

 

Una figura muy destacada sobre esta cuestión es Frank Drake, que actualmente es profesor emérito del instituto SETI (acrónimo en inglés de Search for Extra Terrestrial Intelligence o ‘búsqueda de vida inteligente’). Drake desarrolló su famosa ecuación en los años 60 para calcular cuántas civilizaciones inteligentes habría en el universo. Y el peor escenario, teniendo en cuenta que hay entre doscientos y cuatrocientos mil millones de estrellas en la Vía Láctea, fue que la probabilidad de hallar una civilización inteligente comunicándose con el exterior es de 0,00000003%. Un número que parece pequeño, pero es absolutamente brutal, estamos hablando de hasta 10 civilizaciones detectables solo en nuestra galaxia.

 

Ahora, un nuevo equipo de investigadores triplica las cifras de Drake con un estudio que calcula que podría haber más de 30 civilizaciones inteligentes en la Vía Láctea.

 

¿Cuánto tiempo tarda una civilización inteligente y tecnológica en prosperar?

 

Obtener buenas estimaciones del número de posibles civilizaciones extraterrestres ha sido siempre muy difícil. Existen estimaciones que abarcan desde cero hasta miles de millones de ellas. El estudio, dirigido por la Universidad de Nottingham y publicado en The Astrophysical Journal, ha adoptado un enfoque innovador para este problema.

 

Utilizando la suposición de que la vida inteligente se forma en otros planetas de manera similar a como lo hace en la Tierra, los investigadores han obtenido una estimación del número de civilizaciones comunicantes inteligentes dentro de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea. Calculan que podría haber más de 30 civilizaciones inteligentes comunicándose activamente en nuestra galaxia local.

 

El método clásico para estimar el número de civilizaciones inteligentes se basa en hacer conjeturas sobre valores relacionados con la vida, por lo que las opiniones sobre estos asuntos varían bastante sustancialmente. No obstante, el nuevo estudio simplifica estas suposiciones usando nuevos datos, proporcionando una estimación que trata de ser más sólida. El profesor de Astrofísica de la Universidad de Nottingham, Christopher Conselice, quien dirigió la investigación, explica: “Debería haber al menos unas pocas docenas de civilizaciones activas en nuestra galaxia, bajo el supuesto de que se necesitan 5 mil millones de años para que se forme vida inteligente en otros planetas, como en la Tierra. La idea es mirar la evolución, pero a escala cósmica. Llamamos a este cálculo el Límite Astrobiológico Copernicano”.

 

El Límite Astrobiológico Copernicano consiste en que la vida inteligente se forma en menos de 5 mil millones de años, de manera similar a como ocurrió en la Tierra, donde se formó una civilización con capacidad para comunicarse al cabo de cuatro mil quinientos millones de años. 

 

Pero, además, la investigación muestra que el número de civilizaciones depende en gran medida de cuánto tiempo envían activamente señales de su existencia al espacio, como transmisiones de radio desde satélites, televisión, etc. Si otras civilizaciones tecnológicas duran tanto como la nuestra, que actualmente es de 100 años de antigüedad, entonces habrá entre 30 y 36 civilizaciones técnicas inteligentes activas en toda nuestra galaxia.

 

Sin embargo, la distancia media de estas civilizaciones se situaría a 17 000 años luz de distancia, haciendo que la detección y la comunicación sean muy difíciles con nuestra tecnología actual.

 

Otra posibilidad es que seamos la única civilización dentro de nuestra galaxia, una opción que resulta igual o más aterradora. ¿Lograremos contactar alguna vez con nuestros vecinos galácticos, si es que están ahí? ¿Por qué no lo hemos logrado todavía? Tal vez nunca lleguemos a responder a estas, no solo científicos, sino existenciales preguntas.