El planeta no es el único que se está cambiando su temperatura, al parecer nosotros también.

 

En 1851, se determinó la temperatura corporal basada en un estudio que hizo el cientifico, Carl Reinhold August Wunderlich, cuando se registró la temperatura de 25 mil pacientes en la ciudad de Leipzig, Alemania y concluyó al sacar un promedio que la temperatura promedio del cuerpo humano es de 37º Celsius, así se estandarizó la temperatura corporal a nivel mundial. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en eLife, afirma que esta temperatura ha disminuido según se observa en los registros médicos de los últimos años.

 

En 1992 se realizó un estudio en la Universidad de Maryland, Estados Unidos a 148 pacientes y arrojaron una temperatura promedio de 36.8 ºC. Más recientemente, un estudio de 2017 de alrededor de 35 mil pacientes británicos descubrió que la temperatura oral promedio registró 36.6 ºC. Algunos expertos concluyeron que en realidad las mediciones de Wunderlich habían sido bastante inexactas.

 

El nuevo artículo, escrito por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, asegura que, en lo general, los cuerpos humanos se están enfriando. El equipo observó tres diferentes registros masivos de temperatura de tres períodos distintos; el primero fue compilado a partir de registros militares que se obtuvieron entre 1862 y 1930, el segundo de la encuesta nacional de salud y nutrición de 1971 a 1975, y finalmente, la base de datos de pacientes adultos que visitaron Stanford Atención de salud entre 2007 y 2017.

 

En total, los investigadores estudiaron más de 670 mil mediciones de temperatura, recogidas en el transcurso de 157 años y cubriendo 197 años de nacimiento. Descubrieron que los hombres nacidos a principios del siglo XIX muestran temperaturas 0.59 ºC más altas que los hombres de hoy, lo que representa una disminución de 0.03 ºC por década de nacimiento. Las temperaturas de las mujeres han bajado 0.32 ºC  desde la década de 1890, lo que representa una disminución de 0.029 ºC por década de nacimiento, una tasa similar a la observada entre los pacientes masculinos.

 

 

 

Según los investigadores, hay varias razones por las cuales nuestros cuerpos podrían enfriarse. Por ejemplo, la mejora en la regulación de la temperatura con sistemas caseros como aire acondicionado o calefacción. Otro factor podría ser la reducción de afecciones que causan inflamación como la tuberculosis, la malaria y las enfermedades dentales, gracias a las mejoras en los tratamientos médicos, los estándares de higiene y la disponibilidad de alimentos.

 

Es difícil determinar los cambios paulatinos que responden a la adaptación del ser humano, pero resulta bastante lógico si nos ponemos a pensar que la evolución corresponde a una estrategia de supervivencia.