El México bárbaro se asomó el martes en morenista del violento y agonizante primer sexenio de la 4t, triste papel para un presidente como AMLO, que le hereda a su sucesora Claudia Sheinbaum, un campo minado por odios y rencores, será el peor arranque que se recuerde de un sexenio que nace secuestrado.

 

En la oscuridad de la medianoche, el golpe de estado fue consumado la mayoría calificada lograda a punta de amenazas por Morena, y sus aliados del partido verde y el partido del trabajo, sacó adelante la aprobación de la controvertida reforma al poder judicial, el chantaje, la extorsión y la siembra de terror sobre las familias inmediatas de al menos dos senadores opositores fueron las poderosas armas de disuasión del sometimiento y del halo corruptor para conseguir el voto de la traición.

 

Como guardia del pretoriano al servicio de Adán Augusto López, fue el elegido para sentar a la mesa a los Yunes, padre e hijo y mostrarles la espada y las probables órdenes de aprehensión contra ellos sus esposas sus hermanos y sus hijos y le mostraron por la buena que dando el voto que faltaba los Yunes, serían ampliamente recompensados no solo con el purificador perdón de sus pecados del pasado sino con el respeto a sus feudos políticos en Veracruz y Boca del Río.

 

Nadie entendió el juego del relevo de unas horas en el que Miguel Ángel Yunes linares asumió la curul de su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez, para un encuentro frontal con el líder de su todavía partido, el panista Marko Cortes, y tras una furtiva visita al hospital Yunes Márquez, volvió por la noche a la titularidad de su curul solo para emitir su voto a favor de la propuesta de Morena, para ser el voto decisivo del golpe al status quo,  calificados como los traidores que le daban el sufragio necesario para que el presidente obrador y sus morenistas, consumaran el golpe de estado al sistema judicial.

 

Los Yunes, acabaron por darle la espalda al PAN el partido que los instalo en la cámara de senadores, la única respuesta a ese voto a favor que un día antes lo juraban en contra es que la disuasión morenista instrumentada por Adán Augusto López surtió su efecto al viejo estilo del régimen que hoy niegan y desprecian.

 

Caso distinto del senador de Movimiento Ciudadano Daniel Barreda, a quién también se le perfilaba desde hace algunos días como otro posible traidor al igual que los Yunes Barreda desapareció en su natal Campeche, sin poder hacer contacto con él reapareciendo al momento en que detuvieron a su padre para forzarlo a aceptar sino el voto a favor al menos la ausencia que cuenta igual a favor de Morena y sus aliados,  sin descartar que las de Yunes y Barreda, fueran posiciones arregladas a través del voto a favor o de su ausencia está claro que el gobierno Obradorista, lo más posible exhibió expedientes.

 

 De fiscalías estatales de Veracruz, y Campeche, ambos morenistas, para amedrentar a los senadores y a su círculo familiar más cercano nada de respeto para la oposición que incluso las peores mafias respetan de no tocar a la familia lo único urgente era que la mayoría calificada se concretará ya al vapor, sin debate para sestar el golpe de estado al “establishment”, que tantas décadas costo construir y mantener.

 

 El único partido de oposición que mostró su cohesión al no ceder ni un voto de aprobación fue el PRI de Alejandro Moreno, ni por votación ni por ausencia se asomó la disidencia en ese bloque que actuó en congruencia, la cereza en el escenario golpista fue el uso y abuso de la fuerza de granaderos para someter a cientos de estudiantes y manifestantes en defensa del poder judicial que tomaron la sede del Senado, con gases se intento en vano su dispersión para ellos los opositores que exigían diálogo no existieron los abrazos que el presidente López Obrador, tanto les prodigó a los capos del narcotráfico solo el insulto la descalificación la amenaza y un tufo de represión de granaderos.

 

Que inevitablemente evocaron los infaustos recuerdos de aquella triste noche del 1968, en Tlatelolco, y a menos que existan recursos legales para impugnar el acto a todas luces golpista, hoy amanecemos con un México, distinto del que despertamos ayer un México en el que una vez ratificada la reforma judicial, aprobada no volverá a ver la luz de lo de antes tal como algún día la conocimos.