Si algo quedo claro en las elecciones del domingo 02 de junio es la continuidad del proyecto de AMLO, cuenta con un enorme respaldo popular , “gracias a los millones de beneficiarios de los programas sociales”, por eso la presidenta Claudia Sheinbaum, venció  con más del doble de los votos a su contendiente Xóchitl Gálvez, y Morena se llevo 7 de las nuevas gubernaturas que participaron en la contienda sin embargo, aunque también en el poder legislativo Morena, y sus partidos aliados obtuvieron una victoria contundente existe una memoria enorme de acerca  de cómo deben distribuirse las diputaciones y las senadurías plurinominales pero también es un problema político de vital importancia para el país debido a que esto depende si el oficialismo consiguen las dos terceras partes en el congreso de la unión por lo tanto si tiene el poder de aprobar reformas constitucionales sin negociación con la oposición se trata del llamado PLAN C del presidente AMLO.

 

El problema está en las reglas de asignación representación proporcional establecidas en el artículo 54 de la constitución política, de nuestro país que regula la asignación de legisladores plurinominales haciendo referencia a partidos políticos, y no a coaliciones electorales que argumentan los opositores pues que estas reglas que se elaboraron en 1996, cuando en las elecciones participaban partidos políticos y no coaliciones electorales sostienen que el espíritu mismo de la representación proporcional consistía en asegurarse que las minorías tuvieran voz en el poder legislativo y no de empoderar a los grupos políticos.

 

El hecho es que algunos opositores y juristas han señalado que resulta inaceptable que en San Lázaro, Morena, Partido Verde, y del Trabajo, que obtuvieron el 54 % de los votos después de la definición de curules plurinominales pudieran quedarse con el 74 % de los lugares a su vez el bloque opositor  que obtuvo el 46 % de los votos, pues se quedaría solamente con el 26 %  de las curules en este sentido el frente cívico nacional que es la organización ciudadana, que formo parte de la marea rosa y que ahora está evaluando la posibilidad de convertirse en un partido político, ha convocado a una marcha frente al INE el próximo domingo 11 de agosto, a las 11 de la mañana con el objetivo de manifestarse justamente en contra sobre la representación de Morena, y sus partidos políticos aliados sin embargo el oficialismo ha argumentado que el texto constitucional es claro y muy claro, y que por lo tanto la asignación de legisladores plurinominales debe hacerse considerando partidos políticos, y no coaliciones de entrada está en juego el destino del poder judicial porque si Morena y demás partidos obtiene la mayoría calificada aprobará durante el mes de septiembre la Reforma Judicial, (que es la elección de todos los integrantes del poder judicial).

 

 Que busca entre otras cosas hacer que los jueces ministros y magistrados se elijan mediante el voto popular aplicar medidas de austeridad en la Suprema Corte de Justicia con lo que todos están de acuerdo y desaparecer el Consejo de la Judicatura, que es el órgano de vigilar a quienes juzgan.

 

En otras palabras estamos a punto de que Morena, y sus aliados puedan reformar por completo no solo la Constitución si no la estructura misma del estado mexicano como lo conocemos y todo depende de que criterio utilicen las autoridades electorales será primeramente el INE, y después el Tribunal Electoral del poder Judicial de la Federación quien deberá de decidir como deberá de realizarse la asignación de legisladores plurinominales, se trata insisto de un problema de interpretación legal pero también hay un asunto de fondo, es sano  que en una república democrática, como la nuestra darle a la 4t en este caso un cheque en blanco, para que reforme la Constitución a su antojo esto corresponde a lo que sucedió en las urnas el pasado domingo 2 de junio sea como sea legal o ilegalmente según se vea el futuro de México.

 

Está en juego porque desde que dejamos de ser un régimen unipartidista jamás habíamos estado ante la posibilidad de que una fuerza política gobierne sin ningún contrapeso.