Tomo más tiempo de lo prudente convencerse de que su salud ya no le permitía, pero la buena noticia es que por fin Joe Biden , decidió bajarse de la candidatura demócrata para reelegirse en la presidencia de los Estados Unidos, lo veníamos observando desde hace meses, su reelección no era viable era como hacer campaña parado en una permanente hoja de hielo, sus últimos resbalones en lo que era evidente que su memoria fallaba obligaron a cuestionar lo que sucedería en los próximos tres y medio meses que faltan para enfrentar en las urnas a un desafiante Donald Trump, bien por Biden.

 

Quién todavía puede salir por la puerta de enfrente dejando un legado mixto en su paso por la Casa Blanca, en el lado positivo la capacidad para minimizar en algo la polarización heredada por Trump, y reflejada en la toma del Capitolio el 6 de enero de 2021, y entregar un país con las más bajas tasas de desempleo en los últimos gobiernos, en el lado negativo su mal manejo de la pandemia le cobro a Estados Unidos, más de un millón de vidas, una fallida política económica que elevo a niveles estratosféricos, el déficit fiscal heredando una enorme deuda, sin dejar a un lado su cuestionada política hacia las crisis de Ucrania.

 

Pero como cualquier hombre de poder quiere imponer a su relevo y a la  par de su renuncia dejó en la mesa su voluntad que sea la vicepresidenta Kamala Harris, sea la nueva candidata Demócrata, una posición que en una auténtica democracia debería ser decisión exclusiva de la “Convención Demócrata”, que tendrá lugar en Chicago del 19 al 22 de agosto próximo, las encuestas sin embargo no ubican a  la vicepresidenta como la mejor opción de hecho a la única que se le otorgaría una victoria sobre Trump, es a Michelle Obama la esposa del ex presidente Barack Obama.

 

De acuerdo a un encuesta de Ipsos, si Kamala Harris, es postulada estaría hoy un punto abajo del empate que hasta ahora sostenían Biden Y Trump, pero en esa encuesta se advierte que si la candidata es Michell Obama, la ex primera dama estaría 11 puntos por encima de Trump, el cuestionamiento radica en si Michelle Obama, estaría dispuesta a tomar esa candidatura y si el grueso de los influyentes demócratas la aceptaría para convencer a los delegados la mayoría hoy apoyando a Biden, en devolver a la Casa Blanca al apellido Obama, curioso que en todo este debate, ese apellido no haya sido mencionado por Biden, quién está convencido de que los Obama, están detrás de promover su salida que se reflejó en la exigencia de 40 líderes demócratas pidiendo que se bajara de la contienda,y lo lograron.

 

Hoy la expectativa es que si esa declinación  se dio condicionada a que Kamala Harris, fuera su reemplazo o si habrá sorpresas de nuevos aspirantes en el próximo mes antes de tomarse la decisión final en la “Convención Nacional Demócrata”, por lo pronto ya comenzaron a manejarse los presuntos compañeros de fórmula de Kamala Harris y todos recaen en gobernadores blancos como los de Pensilvania, Carolina del Norte, Kentucky y Arkansas.