Que Miguel Ángel Osorio Chong, opera bajo la anuencia del presidente AMLO, y del gobierno de Morena, solo así se entendería que quien fuera secretario de gobernación y al mismo tiempo de seguridad nacional en el gobierno de Enrique Peña Nieto, no haya sido tocado ni con el pétalo de una mañanera en Palacio Nacional, es miembro directo del clan de la impunidad 2018, cuando el PRI perdió la elección presidencial.

 

No existe otra forma de entender que el susodicho este dedicado en cuerpo y alma a atacar y descalificar a Alejandro “alito” Moreno, acusándolo de que hundió al tricolor en la pasada elección del 2 de junio, ello aún cuando desde julio del 2023, renunció al PRI, parece que al igual que al presidente Joe Biden, la memoria ya le falla al ex poderoso hombre de Bucareli, ¿o acaso ya olvido que en su tiempo como operador político supremo de Enrique Peña Nieto.

 

¿Se le fueron al PRI de las manos, 10 gubernaturas, solo ganaron dos de las catorce delegaciones de la Ciudad de México y en las elecciones legislativas, los tricolores desplomaron en simpatizantes perdiendo 41 diputaciones respecto a las que se habían ganado tres años antes? En 2015 Osorio Chong fue incapaz de retener los estados de Nuevo León, Colima, Michoacán, y Querétaro, en 2016 se le escurrieron entre los dedos Tamaulipas y Veracruz, y en 2017 el PRI perdió Chihuahua, Quintana Roo, Aguascalientes y Durango.

 

En todo ese tiempo el tricolor solo recupero Oaxaca y Cuajimalpa, eso sin contar que en los comicios legislativos de 2015, el PRI perdió también el 34 por ciento de la votación respecto a 2012 cuando apenas lograron 11.6 millones de votos contra los 19.1 que el PRI levanto en la presidencia de Enrique Peña Nieto, se fueron  8.5 millones de electores y con ello el PRI redujo su bancada  en 41 diputaciones federales, los incondicionales de Osorio Chong dirán que las grandes derrotas del PRI durante el peñismo son endosables al entonces presidente del PRI Manlio Fabio Beltrones.

 

Esa mentira no es verdad, en sus ambiciones desmedidas por lograr la candidatura presidencial del PRI en 2018, Osorio Chong se dedicó a meterle el píe al único rival de peso que tenía que era Manlio Fabio Beltrones, lo quería fuera de la fotografía para garantizar que fuera él la única opción, y el hombre de Bucareli se dedico a pactar a espaldas del PRI con los candidatos opositores prometiéndoles financiar sus campañas y operar territorialmente para ellos a fin de que derrotaran a sus rivales tricolores.

 

El pacto era que, en 2018 Osorio Chong, fuera el candidato presidencial lo apoyarán en las entidades que gobernarían, pero desde los Estados Unidos, le fueron enviados al presidente en turno, los expedientes que le impusieron un veto a la candidatura del Secretario de Gobernación; a quién le veían muy condescendiente con el nuevo cártel del sexenio peñista, CJNG.

 

Por eso Osorio Chong se agarró del acuerdo de impunidad en el 2018, con el presidente López Obrador, para que sus abundantes expedientes de los dineros desaparecidos de la lucha contra el crimen organizado se fueran al baúl del olvido y con ello se congelarán todas las denuncias que se centraban con su operadora financiera Frida Martínez, acusada de desviar mil 500 millones de pesos del erario.

 

Hoy Osorio Chong, se corta las vestiduras primero; para buscar arrebatarle al campechano la dirigencia del PRI, antes de que se dieran las candidaturas presidenciales fracaso y salió por la puerta trasera renunciando al tricolor, hoy Oosrio Chong, vuelve a la luz pública exigiendo que se escuche la voz de la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, quien acusa a Alejandro Moreno de desvíos en sus días como mandatario de ese estado.