“Telmex dice ya no es negocio” y lo que es peor carga en la espalda un pasivo laboral de 270 mil millones de pesos, esa es la declaración empresarial de Carlos Slim Helú, el hombre más rico de México y de América Latina, Carlos Slim es el ultimo que tiene derecho de salir y quejarse que los cambios tecnologías le debilitaron a Telmex, y que se la vendieron con la herencia de una enorme antigüedad de todos sus trabajadores.

 

Después de más de tres décadas de manejar el monopolio de las telecomunicaciones y sacarle hasta el último peso para enriquecerse generosamente abusando con las tarjetas de prepago que les vende a los mexicanos de escasos recursos, ahora son sus lagrimas buscando que lo compadezcan, nada de eso, cuando en el sexenio Salinista—Carlos Slim, compro Telmex, él sabía que traía  el pasivo laboral y aún así dijo que que era un gran negocio y que haría las reservas para cumplirle a los trabajadores, ahora les quiere regatear lo que por ley  les corresponde.

 

 Por si el fuera ya habría cerrado Telmex, después de todo América Móvil, la corporación de la telefonía celular es hoy digamos la gallina de los huevos de oro, la separó de Telmex, como estrategia financiera fiscal y bursátil y ahora tiene una Telmex, bien perdedora y una América Móvil bien ganadora dominando el mercado, no solo de México sino de Latinoamérica.

 

En una larga conferencia de prensa en el centro Inbursa, que tuvo lugar el pasado lunes y que se prolongo por cuatro horas, como si fuera una mañanera empresarial  Slim, salió a dar una larga explicación de cómo se inicio en 1955, en los negocios a los 15 años, entregando detalles escritos que hizo en aquel entonces sobre cuáles fueron sus primeras inversiones con las que dice que comenzó hoy su inmensa fortuna, si hay algo que reconocerle a Carlos Slim, no es su talento empresarial sino su habilidad para traficar influencias, para hacerse de concesiones públicas otorgadas por gobiernos, para seducir indecentemente y sin pudor a presidentes de México, España, y de América Latina buscando lograr privilegios que en ninguna otra nación del planeta serían legales lo mismo en telecomunicaciones, que en minería o energía, todos privilegios que les otorga el Estado.

 

También es un maestro en comprar cabilderos famosos que lo ensalcen desde el ex presidentes Bill Clinton hasta Felipe González, pasando por el comunicador Larry King, si quiere conocer de verdad porque también en este sexenio todo México es territorio Telcel, hay que reconocer que Carlos Slim, debutó con el mote de jefe de la “Mafia del Poder” se lo dio el mismo AMLO en el libro que escribió en 2011, la ilusión ante el empresariado mexicano, era que en el sexenio lopezobradorista por fin cesarían los  privilegios y las canonjías para Carlos Slim por el contrario el empresario “detestado” se apoderó no solo del gobierno sino de la voluntad del presidente AMLO.

 

Eso se tradujo en beneficiarios para hacerlo todavía más rico a expensas de esos privilegios oficiales, de acuerdo a un conteo del sitio  CEO en el sexenio de la 4t, las empresas de Slim, acumulan dos mil 530 contratos de obras y servicios que totalizan 61 mil millones de pesos, ello sin contar con los privilegios de que lo liquidarán los miles de millones del fallido aeropuerto de la ciudad de México, le perdonarán el colapso de su tramo de la línea 12 del metro, se convirtiera en el contratista favorito del tren maya y que la compleja comisión reguladora de energía fuera obsequiosa para abrirle todas las puertas para elevar su inversión en el mayor yacimiento petrolero del futuro el campo Zama.

 

Como colofón sin razón cuestiono el rol de los militares en México, están en demasiadas cosas, es un exceso ¿perdón quién hablaba, Slim?  ¿y se refería a los militares o de sí mismo?

 

En su nuevo libro titulado “gracias” publicado por el presidente AMLO, dice que se enteró que en la campaña presidencial 2018, se dio una reunión a la que asistieron acaudalados empresarios, ahí se acordó que cada uno de los asistentes aportara un millón de dólares para castigar al candidato de Morena, y que en un gesto desafiante el empresario Roberto Hernández, aportó no uno sino cinco millones de dólares.

 

¿Quién de los asistentes le pasaría el dato a AMLO como para ser incluido en el libro de la memoria presidencial?, la pregunta es quien es el traidor…