Los mexicanos arrancamos el año 2024 con todos los temores políticos y económicos a cuestas los próximos doce meses presagian tiempos difíciles y más negros de los que tradicionalmente suelen darse al final de cada sexenio.

 

Los motivos son muy claros el gobierno de Morena, es una gran mentira que está dispuesta a poner en riesgo aparentemente la sana economía en aras de preservar por seis años más las llaves de Palacio Nacional y lo peor es que esa mentira ya no se puede esconder, por eso vendrán las tentaciones de fabricar realidades a la medida el sello del sexenio.

 

En lo económico todo mundo aplaude las cifras macroeconómicas, el presidente AMLO no se cansa de decir que será un cierre mejor que cualquiera de los que se dio con los gobiernos neoliberales del PRIAN y en parte tiene razón alta inflación, hasta ahora un déficit fiscal bajo control empleo creciente, comercio exterior controlado el nearshoring tocando a la puerta y el dólar como pocas veces empujando a la baja, visto así estamos en una bonanza, los empresarios con sus utilidades le encienden incienso en público, y lo critican en privado.

 

Pero si esa jaula fuera cierta ¿Por qué Pemex entro en default técnico y suspendió desde hace seis meses todos sus pagos a proveedores nacionales, colocando a cientos de empresas y a decenas de miles de empleos de la industria en peligro? Si la jaula que nos venden desde la mañanera es cierta ¿Por qué la Secretaria de Hacienda se vio obligada a secar, en los últimos días del 2023, las arcas de Nacional Financiera y de Banobras?

 

Para poder salir a cumplir con el pago de la deuda externa del segundo semestre y de plano ¿el gobierno se vio forzado a cerrar la llave al pago generalizado a proveedores de la administración federal por lo menos hasta febrero?

 

La respuesta es simple porque el hecho de concluir los caprichos presidenciales como del Tren Maya, la Refinería de dos bocas, y el Aeropuerto Felipe Ángeles, con presupuestos oscuros y desbordados hasta en un 300 por ciento secaron las arcas nacionales y a eso hay que sumarle los desvíos que, aunque se nieguen se están haciendo para financiar las campañas nacionales y locales de Morena para este 2024 incluida la presidencial.

 

En lo político el panorama es aún más preocupante con una Claudia Sheinbaum que aún no termina de apasionar al electorado y una Xóchitl Gálvez, que continua buscando su candidatura en el espacio político nacional, el desenlace de la elección presidencial no es tan seguro como lo presagian las encuestas a modo que le dan a la candidata de Morena hasta 25 y 30 puntos de ventaja, cuestión de recordar que en la reciente elección del Estado de México el Presidente López Obrador y sus encuestas presumían que Delfina Gómez, arrasaría con una ventaja de 24 puntos, apenas fueron 8 puntos de ventaja.

 

Cualquier traspiés de Alfredo del Mazo, M.C. o el PVEM  pudo haber revertido el triunfo a favor del frente, El inquilino de Palacio Nacional está monitoreando con cautela y preocupación la evolución de Claudia Sheinbaum, en el círculo cercano se dice que si para fines de febrero, su estrella no brilla con la intensidad esperada el cambio podría ser inevitable, o si los tiempos están muy apretados la tentación de crear las condiciones para decretar un estado de excepción aplace un año la elección presidencial no sería descartable.

 

En lo económico estará la tentación de darle prioridad a la compra de votos, a través de las revaluadas tarjetas del Bienestar y a desviar los recursos para reforzar las campañas de Morena, en todo el territorio Nacional, y en lo político si la candidata Morenista no eleva su fuerza en lo político se estaría frente a una tentación de un relevo o de sacar del cuadro la elección.

 

Cualquier tentación les parece mejor que, perder el poder que el presidente López Obrador no está dispuesto a que se le escape entre sus manos.